(Escuchen la canción que dejé, es hermosa y queda perfecta en ciertas partes.)
El hospital casi se sentía como su segundo hogar.
De vez en cuando la condición de su padre empeoraba. Su corazón siempre había sido su tema, su problema. Habían veces en que sus ataques no eran más que juego de niños y otras que era, como esta, en que su vida pendía de un hilo, un hilo tan delgado que se rompería con el más mínimo roce.
Incluso la gente decía que no saldría vivo de esta. Así de grave era su condición.
Mia tomó aire y lo dejó salir con una expresión perdida.
No sabía ni cuantos días seguía sentada mirando en dirección de su padre, pero no había sido un periodo menor. Después de todo, cualquier momento podía ser el último y no iba a desperdiciar ninguno de esos segundos, algo que le hizo separarse de forma brusca de la gente, específicamente, de sus amigos. No sabía nada que no fuese por los animados mensajes de Mia mandaba, dándole ánimos y poniéndola al día, después de todo, estaba en periodo de clase.
Además de uno que otro mensaje tímido de Kurt, que le alentaba, algo que le hacía mucha falta últimamente.
Rich dormía en su regazo plácidamente, sin comprender la gravedad del asunto, según como ella veía. Era muy pequeño para entender que era perder un padre y no quería que viviera esa horrible experiencia. Protegería a su hermano por sobre todo.
Él mismo, Richard, le dijo que el accidente fue por una llamada de mamá. La bendita llamaba cuando menos se le buscaba, para ser lo más irrespetuosa y patosa persona que jamás había conocido. Era increíble como una hija podía amar a su madre.
— ¿Papá va a despertar? —preguntó justo cuando pensó que estaba profundamente dormido, sacándola de sus pensamientos.
A ella se le hizo un nudo en la garganta, cerrando los ojos e intentando controlar su tono de voz, para que un sollozo apareciera sin llamarlo.
Lo más probable es que no lo haga.
—Sí, lo hará. —respondió intentando darle ánimos, desordenando su cabello
Miró a su padre con todos esos tubos en su cara, con su cara pacífica y ese chirriante sonido que le decía que el corazón de su padre estaba aun latiendo.
Y a pesar de eso, tenía una sensación de que todo se derrumbaría en último minuto.
Su celular vibró. Lo único que quería era eliminar el bendito teléfono que no dejaba de sonar.
El número desconocido había llamado unas quince veces más en esos días, sólo que la única diferencia era que ella cortaba de inmediato.
De igual manera, miró, por curiosidad.
De: Mandril. (Kurt)
Te extraño.
Eso le arrancó una sonrisa a Mia.
Suspiró y contestó sin despegar la sonrisa de su rostro.
Pulsó responder.
De: Mia.
Yo igual...
Pero apenas lo escribió, se arrepintió y lo borró, para escribir otro mensaje que no le dejara en vergüenza. Realmente se sentía como una niña pequeña hablando con su amor platónico.

YOU ARE READING
Matemáticas
Teen FictionTú + yo = nunca. yo - tú = imposible. Mia cree que las matemáticas la llevaran lejos. Ella cree en el amor, pero nunca lo ha experimentado por su miedo a quedar atado a alguien. Ella siempre ha sido la amiga de Victoria y es así como todos la conoc...