Matemáticas

'Hola, Idiota.'

 Hola lectores, antes de leer quería que supieran que esto lo escribí hace tres años y tiene muchas faltas ortográficas, errores de redacción y notas al pie que me llega a doler de la vergüenza. Pero, a pesar de ello, fue mi primera obra terminada, así que, tenganle paciencia y piensen que la escribí con amor.

 Gracias. Disfruten :)

Sé que si miro la nada, las cosas se vuelven mas claras. No existe ningún problema, ni números, ni ecuaciones, ni...

-Mia. -me llamó Victoria, mi amiga. La miré quitando lo que estaba pensando de mi cabeza.- Despabila, mujer. -dijo chasqueando los dedos al frente mío. La miré mal.

-¿Que haces? -pregunté alterada ahora.

-Ahora me pones atención. -dijo ella riéndose.- Te acaban de llamar, ve. -dijo indicando al profesor.

Estábamos en plena clase de matemáticas y yo continuaba con la cabeza puesta en el más allá. Moví mi cabeza y me dirigí hacia el amargado del señor Morgats.

Antes de poder llegar a su lado, alguien me hizo una sancadilla. El culpable no era ni más ni menos que Martin, el bendito casanova que no conquista ni a una hormiga. Hice un intento de sonrisa.

-Para la próxima que quieras llamar mi atención, llámame, ¿Sí?

-Eso te hace sonar como un perro ¿A que no? -él y sus amigos se rieron, como si tuviese alguna gracia en realidad.

Rodeé los ojos, no valía la pena hablar con decerebrados.

El profesor Morgats sonrió al verme enfrente de su escritorio. Él lucia como el viejito pascuero, pero con traje.

-¿Acaso la molestan, señorita Silver? -preguntó tiernamente, colocando sus manos sobre su panza.

-No, en absoluto. -fingí una sonrisa, algo típico en mí.- ¿Algún problema?

-No, ninguno, -rió.- por el contrario señorita, fue nuevamente la mejor nota, ¿Como lo hace? -preguntó con los ojos brillando de la curiosidad.

-Pues, uso mi cabeza. -dije inclinándola y riendo fingidamente junto a él. Luego me entregó la prueba, claramente una grande y bonita "A".

Sonreí por última vez, para después girarme y volver a mi puesto completamente seria. Era obvio que llegaría y Victoria me diría: "¿Como te puede ir tan bien, siendo tan aburrida la materia?" y yo le respondería con una risa sínica.

No me malinterpreten, me caían bien y realmente tenia ganas de reír, pero nunca lo lograba. Mi risa parecía mostrar que sufría.

Nunca he podido reír de verdad con nadie más que su padre o su hermano. Probablemente se debía a que tenía miedo a ser feliz o a que alguien escuchara su tortuosa y horrenda risa. No lo tengo claro.

Algo falló en mi plan, justo cuando volvía y tenía intenciones de sentarme junto a Victoria, un mentecato ocupó mi asiento. Los miré con la ceja levantada, esperando razones.

Reconocí a el chico, Andrew el ex novio de Victoria.

-¿Te puedes sentar en otro lado? Estoy hablando con Victoria. dijo con rudeza Andrew.

Miré a Victoria.

-¿Estas bien con eso? -pregunté y ella asintió tímidamente. Rodee los ojos.

-Vete donde Kurt. -dijo indicándolo.- Allí solía sentarme yo.

Suspire fingiendo una sonrisa.

-Muy bien. -dije con loa dientes rechinando de la alegría.