Matemáticas

'Mi desastre favorito.'

-¿De que te ríes? -preguntó alguien detrás mio.

Tenia miedo, si giraba y veía a mi padre, juraba que salía corriendo de allí. Ya lo había hecho antes, y él lo podría hacer de nuevo.

Me giré y vi un rostro conocido, un chico que conocía hace tiempo, probablemente ya me había enrollado con él, no lo sabia.

-Hola, hermosa. -dijo, y se acercó mucho.

-¿Y tu quien eras? -pregunté malvada y él río.

-¿No te acuerdas de mí? ¿De el mejor bailarín en todo el país. -sentía sus palabras en mi frente.

-Me gustaría ver eso. -levanté la ceja.

- ¿Bailas? -susurró en mi oído.

-Por que no. -dije con rostro pícaro.

-¡Mia! -gritó Kurt y rápidamente me separé de Blake, lanzándolo incomoda.

-¿Que pasa? -pregunté completamente irritada.

-Me quiero ir, Alice vómito en todo el piso, Zola no deja de decirme cosas raras y... -Blake parecía incómodo, al igual que yo.

-¿Porque no te vas a joder a otro lado, Kurt? Yo estoy increíblemente ocupada con un chico muchísimo mas sexy que todos los hombres juntos aquí y eso te incluye.- quise decir, pero sabía que le ofendería de sobremanera, preferí cambiar el hiriente dialogo.

-¿Que quieres que haga, Kurt? -me sentía como su madre, rayos, nunca me dejaba en paz, lo quería eliminar.

 Reconsideraba ayudarlo con sus amistades.

-Yo... Em... No lo pensé. -jugó con sus dedos nervioso. Gemí de la frustración.

-Kurt, es una fiesta, muévete, baila, habla, has cualquier cosa. -le dije un poco mas cerca.

-Yo creo que me voy. -dijo Blake, intentando escabullirse.

-Blake, te veo luego, ¿Sí? -le dije agotada.

"Después de todo, no piensas dejar las cosas así, ¿no?" pensé.

-Como sea. -dijo arrancando.

-Kurt, si no puedes ver una simple pareja ligando, es porque no sabes nada de nada. -le tome de la chaqueta.

-¿Que haces?

-Camina, por ti he perdido una oportunidad. -le empujé hacia los baños para poder hablar mejor.

Justo cuando iba a abrir la puerta de baño de mujeres, él se sujetó del marco, para no entrar.

-¿Porque aquí...?

-Entras o te corto la cabeza. -dije con voz fúnebre. Él se asustó y entró sólo. Unas mujeres gritaron que saliera y él estaba por salir, si no era porque mi mirada asesina, salía corriendo.

-¡Que salga! -gritó una.

-Callense y larguense. -les grité, pero luego miré a Kurt.- Y tú -le abofeté en al cara tan fuerte como pude. Su cara de confusión casi hace que me salga mal la actuación- eres un maldito. -grité con los dientes juntos.

Todas las mujeres salieron corriendo de allí, casi incomodas.
Cuando ya se fueron, relaje la postura, riendo.

-¡Estas enferma! -reclamó, casi entre lágrimas.-¿Porque lo hiciste?

-¿Funcionó o no? -pregunté triunfadora.- Sólo confía en mí.

-Lo hago, confió, pero estas loca, no puedo evitarlo, el lugar, la gente, tus amigos, no me gusta, Mia, incluso, lo odio, me quiero ir y nunca volver a un lugar tan sucio.