Ella se había ido, prácticamente, a una vida que no había nunca deseado tener.
Su vida se hizo agria sin sus amigos, sin Coma, sin Kurt.
Hablando de Coma y Paréntesis, este último, su hermano, Rich, lo llevó consigo, por lo que su compañía a nadie le importo demasiado a parte de su hermano.
Coma se quedó en casa de la abuela de Kurt, la cual, lo recibió con los brazos abiertos, dispuesta a establecer una amistad gatuna con el pequeño. A Mia le dolió y mucho, Coma, de alguna forma, le recordaba todo lo bueno, cuando estaba con papá, cuando estaba feliz, todo lo anterior de la muerte de su padre.
Sobre la muerte de su padre, fue mas difícil de lo que pensó lograr que el dolor se apaciguara y la dejara vivir. Los primeros meses fueron insoportables, solitarios, deprimentes, solo quería llorar, llorar y llorar, nada más. Los grandes brazos del padre de Mia era lo único que la dejaba sujeta a este mundo, pero ahora que no estaba, no se sentía parte de la tierra, todo era como la peor pesadilla que alguna vez pudo tener.
Su madre era simplemente un desastre. Ella tenia un novio, Jeffrey, quien era insoportable. Esa casa era digna de llamarse manicomio.
La escuela estaba bien, tenia ciertas amistades, pero nadie comparado a Victoria, a Jacob, a Panda, a Cory o a Candy incluso. Y el que no dejaba de extrañar siempre fue Kurt.
Sus días eran largos, pensaba en Kurt y eso era todo lo que ocupaba su cabeza. Su rara forma de hablar, sus loca acotaciones, su forma de reír, su poca capacidad de entender a la gente. Ese era Kurt. Irreemplazable.
Los últimos días de escuela, Mia comenzó con una actitud agresiva, no paraba de pelear con su madre y no de la misma forma que lo hacía con su padre. Ella siempre le decía cosas pesadas o le decía cuanto le molestaba que ella molestara a Jeffrey con su presencia, cuando se besaban en cualquier parte o cuando hacían algo juntos. La odiaba y ella la odiaba de vuelta.
Richard de a poco también tuvo sus cambios. Antes se la pasaba en la habitación de Mia, pero, de la nada, dejó de hacerlo, se encerraba en su cuarto sin hablar nada a nadie, comenzó a cambiar su forma de vestir y su forma de hablar.
Mia comenzó a sentir la soledad mas a flor de piel, tanto, que se transformaba en dolor físico, en cansancio, en momentos de silencio y otros, que, de a poco con los años, lograba controlar mejor.
Kurt no le habló por facebook como era lo que ella esperaba, no, él la llamaba directamente, le preguntaba cosas, le decía las palabras mas bonitas que se le venían a la cabeza y, muchas veces, le decía el estado de Coma, la cual reventaba de gordita.
Las llamadas se hicieron cada vez menos frecuentes, lo que dejó a Mia sin llamadas al final, además de un gran agujero en su pecho.
Pero no por eso se olvidaba de Kurt, eso nunca.
Kurt era el único pilar que seguía en pie hasta el momento.
Se volvió fuerte, sacó una carrera, maestra, para sorpresa de todos.
Ella no era buena hablando con niños, al contrario, los aullentaba, pero al enseñar, podía sentir lo mismo que sentía cuando su padre sonreía, una sensación de estar completo consigo mismo.
Era maestra de cursos mayores, avanzados y le iba bien.
Y lo mejor de todo era que eligió ser maestra de matemáticas.
Pero no todo era tan bonito como se veía. Había salido de la universidad, echo todos los trámites, cursos apartes e, incluso, ya estaba impartiendo clases por cerca de dos años. Hasta ahí no había nada fuera de lo común.

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Matemáticas
Teen FictionTú + yo = nunca. yo - tú = imposible. Mia cree que las matemáticas la llevaran lejos. Ella cree en el amor, pero nunca lo ha experimentado por su miedo a quedar atado a alguien. Ella siempre ha sido la amiga de Victoria y es así como todos la conoc...