Mis sentimientos hacia ti

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Anthony se cubrió la boca con ambas manos de la emoción debido a las repentinas e inesperadas palabras de Alastor quien, en su forma humana, le ofrecía la mano para emprender esa aventura llamada “Parque de diversiones.” Como reacción torpe e inmediata, tomó su mano y lo jaló bruscamente hacia su cuerpo, haciendo que el demonio se sobresaltara muy apenado por la cercanía.

—Entonces... ¡¿Si somos amigos?!

—N-No te emociones tanto, humano.

Al soltarse y retroceder, Alastor se aclaró la garganta y le desvió la mirada un poco nervioso. Sin embargo, inhaló aire armándose de valor y lo miró a los ojos ya que sabía que no podía comportarse tímido nuevamente. Él era un demonio del inframundo y una confesión amorosa no tendría por qué afectarle tanto.

—Es lo que tanto querías, ¿Cierto? —lo observó llenó de confianza y sonrió con astucia, como si todo eso se tratara de un nuevo desafío personal— Bueno, ¡Seré el mejor amigo que puedas tener! Soy muy sobresaliente cada vez que me enfoco en algo.

Los ojos claros de Anthony se llenaron de brillos de esperanza. Todo eso estaba sucediendo demasiado rápido, porque Alastor no solamente estaba siendo amable y entusiasta, también lo estaba tratando con normalidad y agradecía eso. Lo que más odiaría sería que las cosas fueran incómodas entre ellos luego de su confesión.

Era buena idea ignorar ese pequeño hecho para siempre. Fue un impulso estúpido el gritarle que le gustaba después de todo.

—Te he presionado mucho con el deseo… —le dijo Alastor con un tono más serio y concentrado—. Ahora conozco un poco más a los humanos y sé que no les gusta ser presionados, me disculpo por haber sido así.

Era como un sueño, era como si Alastor hubiera reflexionado mucho en todo el tiempo que estuvo dentro de la radio. El rubio le sonrió ampliamente y se le colgó del brazo para arrastrarlo al interior del parque. Sería un día excelente sin lugar a dudas.

—¡Disfrutemos de un día increíble entonces! ¡Será una salida de amigos! —ambos entraron al establecimiento y, a pesar de que el demonio radio no tenía idea de lo que había dentro, se dejó guiar por Anthony.

La mañana avanzó hasta el mismísimo atardecer, donde el cielo se volvió de color naranja y se mezcló con algunas nubes de reflejo rosado. La mayoría de los juegos estaban infestados de personas por el buen día que hacía y el clima esplendido. A pesar de que no pudieron subirse a muchas atracciones, había sido una experiencia muy agradable. Era como si ellos dos se hubieran podido acercar otra vez, con una facilidad que nunca hubieran creído.

“Alastor jamás mencionó lo de mi confesión. Es mejor así.”

Cuando se sentaron en una de las mesas de un establecimiento de comida rápida, Anthony dejó una bandeja frente a Alastor. El demonio observó de forma crítica y despectiva la comida grasosa que tenía un aspecto terrible y emanaba mucho olor a carne y salsa. El rubio no pudo evitar sonreír un poco al ver la evidente expresión de desagrado del contrario.

“Solo quiero disfrutar del tiempo que tengo con Alastor porque me hace feliz.”

—¿Qué es esto? —el hombre radio señaló la comida con un solo dedo y frunció el ceño.

—Una hamburguesa con cheddar y papas fritas —respondió Anthony con naturalidad, luego se llevó algunas papas a la boca y comenzó a comer tranquilamente.

Alastor parpadeó escéptico y picó los objetos de su bandeja con desconfianza. Cuando tomó la hamburguesa con una mano la contempló y, bastante asqueado, le dio un mordisco mientras apretaba los parpados y parecía hacer el esfuerzo más grande del mundo.

Dancing with the Devil ⋆ RadioDust ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora