Contigo una eternidad

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Cuando finalmente pidió su deseo, Alastor no pudo creerlo. Estaba por hablar, pero ninguna palabra pudo salir de su garganta. Nunca nada lo había asombrado tanto en toda su existencia de demonio. Le habían pedido muchos deseos extravagantes, sin embargo, ese era algo que jamás había imaginado y que lo había desencajado por completo.

Anthony le estaba pidiendo
que se quedara a vivir en la tierra y que se convierta en humano.

El rubio se cubrió los ojos entre sus manos y quiso ocultarse de la vergüenza. No sabía si esa petición resultaba conflictiva o imposible, realmente no tenía la certeza de nada. Pero quería intentarlo porque adoraba tanto a Alastor que no podía arrancárselo del corazón asi como así.

—Perdón por ser un egoísta... —susurró luego suspirar enfadado consigo mismo— Perdón por quererte tanto junto a mí. Te amo tanto... lo siento —se disculpó porque tenía miedo de que todo fuera en contra de la voluntad de Alastor.

Le estaba pidiendo que dejara todo por él para que ambos consolidaran su amor, sabía que no había nada más aprovechado y malvado que eso. No obstante, antes de que sus pensamientos siguieran atormentándolo, el demonio entrecerró sus ojos severos hacia Anthony y alzó su mano hacia él para tomar su mejilla y hacer que quitara las manos de su rostro.

—No hay vuelta atrás —los ojos de Alastor brillaron como dos enormes rubíes impregnados en fuego—. ¿Estás seguro de esto, Anthony?

El contrario asintió cerrando los ojos. Vio esa pasión en la mirada de Alastor, percibió que no quería irse con facilidad. Y si el demonio radio quería confirmar su deseo… era porque había una posibilidad de que se hiciera realidad.

—Nunca estuve tan seguro en toda mi vida —le afirmó entreabriendo sus ojos cristalinos hacia él.

Alastor le otorgó una de sus últimas sonrisas doradas en su forma de demonio del inframundo, también emitió los últimos alarmantes sonidos de radio sintonizando una estación inexistente. Apartó su mano del rostro del rubio y lo observó con dulzura, realmente ese deseo no era algo que no pudiera conceder. Eso sí, debía utilizar toda la magia y fuerza que tenía como demonio.

—Tus deseos son órdenes.

Anthony jadeó atónito al escuchar la grave voz de Alastor y su interferencia de radio por última vez. Observó con detalle cada parte de él, memorizó sus rasgos de demonio y se aseguró de mantenerlo en sus recuerdos. Esa fue la forma en la que lo conoció después de todo y era una imagen que atesoraría por siempre, la llevaría en su corazón y en sus memorias el resto de sus años mortales. Sin importar la forma que tuviera, lo amaría sin lugar a dudas.

—Me despojo de mi inmortalidad y de mi cargo de overlord —sentenció el demonio de traje rojo. El ritual del deseo no tardó en actuar—. A partir de ahora, me convertiré en un humano común y corriente.

Grandes llamaradas de fuego verde cubrieron todo el interior de la habitación. Al ser fuego espiritual, no quemaba, pero si alborotaba a las almas en pena que siempre rodeaban a Alastor cuando utilizaba sus poderes. Largos restos de humo negro y polvos brillantes lo rodearon, al igual que el fuego verdoso que atravesó cada poro de su piel. Manifestó grandes símbolos rojizos a su alrededor, varios fantasmas salieron ahuyando de su interior y se consumieron en el aire velozmente.

Mostró su forma real por escasos segundos en los cuales sus grandes cuernos de ciervo se ramificaron y sus ojos se volvieron mas negros que el cielo nocturno. Su sonrisa se volvió demoniaca y cruel una ultima vez y, al final de toda su extensión máxima de magia, el fuego verde y los polvos negros cubrieron su apariencia. Todo se apagó, la interferencia de radio cesó y todos esos fantasmas murieron en el ambiente.

Dancing with the Devil ⋆ RadioDust ⋆Where stories live. Discover now