¿Qué significa amar?

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Anthony abrió los ojos con algo de esfuerzo. Lo primero que se encontró al costado de su cama fue a la figura de Alastor, quien lo observaba de forma creepy. El rubio retrocedió por instinto, pero… lo contempló en su forma de humano y se relajó. El contrario solo optaba por esa forma cuando salían, era algo fuera de lo habitual que tuviera esa apariencia dentro de casa.

—Humano, estás despierto —el castaño sonrió tranquilamente y se sentó a su lado con bastante tranquilidad.

—¿Al? ¿Qué haces en tu forma humana? —cuestionó el menor sin dejar de mirarlo, se refregó los ojos y luego parpadeó curioso.

Esa era la mañana luego de la tormenta eléctrica, el cielo estaba despejado y unos grandes rayos de sol se filtraban por las ventanas de la habitación.

Alastor le sonrió muy radiante y alegre y ladeó su rostro hacia él como si se sintiera lleno de energía luego de semejante cantidad de horas durmiendo con Anthony.

—Siempre te pones feliz cuando estoy en mi forma humana y sé que te gusta más verme así —contestó de forma lógica—. Me quedaré así el resto del día, es mi forma de agradecerte por lo que hiciste por mí.

El rubio bajó la mirada y se sonrojó un poco. Era cierto, ellos durmieron juntos y Anthony trató de mantenerlo cómodo y cálido entre sus brazos, lo protegió de la tormenta y jamás lo soltó. Sonrió como un tonto ante la imagen mental del demonio durmiendo contra su pecho porque era simplemente hermoso.

—Me gusta tu forma de demonio y tu forma humana por igual —dijo sin pensarlo realmente—. Me gustas de cualquier forma.

Pero luego, se dio cuenta del peso de sus palabras. Alzó su rostro lleno de pánico y nervios hacia Alastor, quien se le quedó mirado petrificado y con los ojos bien abiertos. Era como si se le estuviera confesando… por segunda vez.

—Humano... ¿Estás hablando en serio? —preguntó Alastor sin salir de su shock emocional. Sin embargo, Anthony se rio muy incómodo y quiso salir huyendo de ahí de cualquier forma posible, quería que se lo tragara la tierra.

—No, no, claro que no, estoy un poco dormido —quería que Alastor lo abofeteara para dejar de hablar y arruinarlo—. Discúlpame, debo ir a...

No obstante, la forma humana de Alastor cambió en ese preciso instante. Las llamas verdosas lo envolvieron como si se tratara de un hechizo mistico de magia negra y, luego de la transformación, el demonio tomó una de las manos de Anthony y lo obligó a quedarse sentado sobre la cama sin romper su contacto visual.

—¿Qué significa amar a otras personas? —los grandes y luminosos ojos carmesí del demonio radio se ampliaron al tener a Anthony de cerca— ¿Qué significa que te guste alguien? ¿Qué es lo que se siente con exactitud?

Se volvieron a quedar en silencio, solo mirándose. Anthony estaba sin palabras, estaba sudando frío por los nervios y por no saber como huir de esa charla incómoda y del rechazo.

Sin embargo, quizá esa era la señal precisa de que ya no podía evitar esa conversación por más tiempo y era hora de enfrentar sus sentimientos. Quiso abrir la boca para intentar explicarse a pesar de que tampoco era un genio en el asunto, no obstante, Alastor le desvió la mirada con cierta meláncolia y comenzó a hablar seriamente.

—Soy un demonio. En el infierno, nadie goza del privilegio de tener tales emociones. Solo existen casos específicos, como el de Husk —imaginó leyendas y recordó lo que le decían los seres más antiguos de las profundidades, ninguna experiencia que tuviera que ver con humanos era fructífera o beneficiosa para los demonios—. Los humanos mueren, tienen vidas demasiado cortas —dijo con una voz dolida—. Un demonio está condenado a sufrir el resto de la eternidad cuando se enamora de un humano.

Acarició la mano de Anthony, borró su sonrisa y observó su joven rostro afligido mientras lo mirada con atención. Alastor lo contempló con detenimiento por segundos enteros, porque la sola idea de pensar que el alma de Anthony se perdería en la inmensidad del infierno luego de morir, era muy dolorosa para él.

Jamás volver a verlo sonaba como algo terrible, porque los seres demoniacos no podían borrar esos sentimientos por el resto de sus existencias.

—Los demonios en el inframundo solo luchan por poder, por estatus y para sobrevivir —le contó un poco más sobre su mundo y sus particulares constumbres—. Los más fuertes hacemos contratos con humanos en la tierra porque, mientras más almas tengamos en nuestro poder, más fuertes nos volveremos.

Llevó una de sus garras a la mejilla de Anthony, lo acarició y disfrutó de la suavidad cálida de su tersa piel. Nunca había querido proteger con tanta intensidad a alguien, era como una necesidad vital para su cuerpo y raciocinio. El rubio lo miraba con sus ojos cristalinos y conmovidos al mismo tiempo que lo escuchaba hablar.

—Nunca pensamos en proteger a otros, mucho menos en amar. Eso sería algo muy fuera de la común, algo que se saldría de las normativas del infierno —bajó un poco la voz, ya no tuvo la capacidad de sonreír. Él pensaba constantemente en que el tiempo se les estaba acabando.

Al menos, antes de irse, quería conocer y disfrutar de cada minima sensación humana. Incluso saber el significado de emociones que nunca había experimentado antes. Se sentía tan envuelto y atraído por ese nuevo mundo que quería aprenderlo todo, se había vuelto un demonio insaciable en cuanto a la mismísima humanidad.

—Por eso quiero saber lo que significa para ti, quiero entenderlo porque no quiero verte triste —mostró un semblante muy angustiado y apretó con fuerza la mano del menor—. Me duele algo en mi interior cuando te veo triste, Anthony.

Dijo su nombre y fue una manifestación sincera de sus propios sentimientos. Era la primera vez que lo decía con esas emociones fluyendo en el interior de su corazón.

Dancing with the Devil ⋆ RadioDust ⋆Where stories live. Discover now