CAPÍTULO VIII

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Martha, en realidad Jonathan, corría sin rumbo por las calles aledañas al polideportivo. Simplemente quería escapar. Quería escapar de la situación vivida con anterioridad y de los sentimientos que lo embaucaban. El practicar deporte le había dado una celeridad increíble por lo que Winona, lo seguía detrás gritándole con todas sus fuerzas. Ella conocía las inseguridades de su amigo y sabía que no huía de River, sino de sí mismo.

—Jon...Jon...¡Espera por favor!

Pero él no quería detenerse. En estos momentos, necesitaba estar solo. Esa era la idea, hasta que finalmente, se fatigó de tanto correr y se detuvo. Un árbol en medio del camino era el mejor lugar para descansar. Se sentó allí y cerró los ojos. Winona, que por fin pudo alcanzarlo, se sentó a su lado.

—¿Qué fue eso Jon?—preguntó— ¿Por qué saliste corriendo así del campo?

—Necesitaba irme, Win— respondió aún con los ojos cerrados.

Winona suspiró. Otra vez la inseguridad que lo había atenazado en el campo de juego. Otra vez las dudas que lo paralizaban y amenazaban con vencerlo. Acompañar a su amigo en este momento era lo mejor.

—No debiste hacerlo...— agregó la chica— ¿Qué no te das cuenta de que River te defendió del idiota de Deep?— dijo con una sonrisa.

Jonathan resopló hastiado y finalmente, abrió los ojos. Se quitó la peluca de Martha para sentirse una vez más, como él mismo y no como otra persona.

—¡River no me defendió a mí, Win!, ¿entiendes?— agregó— La defendió a ella...¡A Martha!

—¿Y qué con eso?— preguntó Winona— ¡Te defendió!...como Martha o como tú, le dio una buena paliza al imbécil de Deep.

Jonathan rodó los ojos.

—Es que tu no lo entiendes— respondió suspirando— Él defendió a una persona que ni siquiera existe...¡defendió a una mujer!...¡a una chica!

—Y esa mujer o esa chica eres tú, Brandis— respondió Winona con una sonrisa— Podrás actuar como una, pero en el fondo sigues siendo tú—prosiguió— Y es tu personalidad...la personalidad de Jonathan la que está atrayendo a River— concluyó tajante.

Jonathan la observó cruzándose de brazos.

—¿Y cuando descubra que su interés romántico es un hombre?— preguntó elevando sus brazos al cielo— ¿Qué haré Win? ¡Me odiará!— agregó agachando la mirada— No sé si esto sea una buena idea...Creo que estoy yendo demasiado lejos.

Winona tomó el rostro de su amigo e hizo que la mirara a los ojos.

—Yo creo que vas por muy buen camino.

—¿Tu lo crees?— preguntó el chico esperanzado

—¡Ya lo creo que sí!. Mira...River no te quitó la mirada desde que entraste al campo, te habló e incluso te defendió de un abusivo— respondió Winona— Si eso no es ir por buen camino...entonces no sé lo que es.

—Creo que tienes razón— dijo Jonathan con una sonrisa— Seguiré actuando como Martha...solo espero no equivocarme.

—No lo harás. Confía en mí...y por cierto, la próxima vez intenta no huir. Enfrenta tus miedos, enfréntate a ti mismo e intenta acercarte a él ¿sí?— agregó Winona— Después de todo...para eso fraguamos este plan.

Jonathan sonrió y se puso de pie. Le tendió la mano a su amiga para que también lo hiciera y se colocó la peluca de Martha nuevamente. Más les valía ser precavidos por si se cruzaban con algún compañero por las calles. Se había asustado tanto que no se había puesto a analizar la situación. Para River ya no era el chico invisible. Ahora lo miraba, aunque fuera como Martha, lo miraba y le sonreía. Incluso se había animado a hablarle y a defenderlo. Era un paso bastante grande para un joven tímido como él. Martha era su alter-ego, todo lo que él no podía ser lo era esa chica y que mejor que aprovechar las oportunidades que se presentaban para estar cerca de su gran amor. Lo haría, seguiría siendo Martha para acercarse a River Phoenix, el chico más popular de la escuela: su gran amor secreto.

Doble vida (BrandisxPhoenix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora