😕 Especial: El Metepatas 😕

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Eran las diez de la mañana del domingo. Un adormilado Jonathan estaba tipeando sin cesar en su ordenador, mientras River preparaba el desayuno. De repente, el rubio escuchó un quejido proveniente del living que hizo que se sobresaltara e interrumpiera su trabajo.

—Cielo...—gritó River desde la cocina—¿Estás bien?

—¡Sí, cariño!—gritó el castaño—Es solo que creo que me contracturé el cuello—siguió—Después de todo, llevo más de dos horas tipeando este guión.

River suspiró. Su esposo era imposible cuando se trataba de trabajo. Era demasiado perfeccionista.

—Jon...—dijo el rubio dirigiéndose hasta el living—Entiendo que ames tu trabajo, pero también necesitas descansar—finalizó, notando como su esposo desde el sillón, se sobaba el cuello dolorido.

—Sí, cariño, creo que tienes razón—respondió Brandis observándolo con una sonrisa.

Phoenix se acercó lentamente hasta donde su esposo se encontraba sentado.

—¿A dónde te duele?—cuestionó observándolo

—¡Aquí, en toda esta parte!—respondió Brandis, señalando la extensión de su cuello.

River se acercó hasta el sillón y tomó asiento al lado de su esposo. Jonathan lo observó estupefacto al notar que el rubio lo miraba fijamente.

—¿Qué sucede cariño?—preguntó el castaño—¿Por qué me miras así?

—Date la vuelta—simplemente respondió el rubio.

Jonathan enrojeció.

—¿Q-qué me de la vuelta?—cuestionó titubeando.

—Cielo...—agregó el rubio suspirando, en tanto atusaba sus cabellos—Solo voy a hacerte un masaje—siguió—Quiero intentar aliviar tu dolor.

—No es necesario, yo...—comenzó el castaño, pero fue interrumpido por su esposo.

—¡Claro que es necesario, Jon!—respondió el rubio—No dejas de sobarte el cuello—continuó— ¡Vamos cielo!, date la vuelta.

Jonathan dejó el ordenador y se dispuso a hacer lo que su esposo le pedía. River con destreza, comenzó a masajear el cuello de Brandis, notando como éste comenzaba a relajarse. Supuso que sus masajes estaban surtiendo efecto porque notaba al castaño cada vez más relajado. De repente, Brandis dejó escapar varios suspiros de alivio, causando estragos en el cuerpo del rubio. Los suspiros de satisfacción del castaño comenzaron a aumentar, conforme aumentaban los masajes del rubio, hasta que el rubio no pudo soportarlo más. Inmediatamente, lo abrazó por la espalda y comenzó a depositar algunos besos en el cuello de su esposo. Jonathan se estremeció.

—Cariño...—dijo casi en un susurro—¿Qué estás haciendo?

—Shhh...—respondió el rubio, en tanto continuaba besando su cuello—¡Relájate, cielo!

—Es que justamente así no puedo relajarme, Riv—respondió Brandis—Yo... —de repente, se interrumpió al notar las manos de su esposo, que desde atrás, desabrochaban su camisa de franela.

—¡Déjate llevar cielo!—pidió River acariciando lentamente el estomágo plano de su esposo y subiendo sus manos—Solo por un momento.

Brandis respiró fuertemente. Era imposible continuar con su trabajo mientras tuviera a su esposo acariciándolo de manera tan íntima como lo estaba haciendo. No pudo hacer más que dejarse llevar.

—Eso es cielo—dijo el rubio, notando como su esposo se relajaba en sus manos—Déjame aliviarte...—finalizó en tanto besaba con pasión el cuello de Jonathan.

Doble vida (BrandisxPhoenix)Where stories live. Discover now