CAPÍTULO XV

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Martha aligeró el paso para llegar a su casa. Quería desaparecer del mundo. Prácticamente, River le había confesado que jamás se interesaría en un hombre. Eso, anulaba cualquier tipo de esperanzas que tuviera con él.

Mientras sus pensamientos no dejaban de revolotear por su mente, por fin llegó a casa. Entró prácticamente hecha una furia. No sabía si por lo que acababa de escuchar o por la tristeza que la embargaba. Se arrancó la peluca de Martha, la revoleó al suelo y se sentó en el sofá. No supo cómo ocurrió, pero de repente, comenzó a sentir sus mejillas húmedas. Posó una de sus manos en ellas y notó que estaba llorando. Otra vez, estaba derramando lágrimas sin sentido por River ¡Qué sentimiento cruel era el amor! y mucho más, el amor no correspondido.

De repente, Jonathan vio todo oscuro. River podía quererlo como Martha, pero jamás como hombre ¿En qué rayos estaba pensando cuando se le ocurrió aceptar la loca idea de su amiga? ¡Qué estúpido había sido! Pero ya era tarde para retractarse. Martha existía y había tomando la delantera. Incluso, había llegado más lejos que Jonathan. No supo a quién odiaba más, si a Phoenix por lo que había dicho o a su alter-ego Martha por sumar puntos con el rubio.

Instantáneamente, se puso de pie y se dirigió a su alcoba. Allí, se cambió nuevamente. El vestido desapareció y una camisa de franela con un pantalón de jean azul lo reemplazaron. Volvía a ser él mismo: ¡Cuánto lo necesitaba! Acto seguido tomó el teléfono y marcó el número de Winona. Le contó casi llorando lo que había sucedido y su fiel amiga lo consoló. Le pidió que se tranquilizara y que tuviera en cuenta que para River, Martha era una verdadera mujer, por lo que sería extraño que se pusiera celosa de un hombre. Jonathan suspiró, Winona tenía razón. Luego, su amiga le advirtió que no se preocupara por las palabras de Phoenix, pues las había dicho sin pensar. Y que estaba segura, que por como lo había mirado aquella vez como Jonathan, no estaba segura de que no le gustaran los hombres. Es más, para ella, en ese momento, algo se había agitado en el interior del rubio y eso solo podía significar una cosa: atracción por el mismo sexo. Al escuchar tales palabras, Jonathan se paralizó ¿podría ser eso posible? Sin lugar a dudas, las palabras de su amiga lo habían reconfortado. Luego de unos minutos, dieron por finalizada la llamada y se despidieron. No sin antes, que Jonathan prometiera a Winona seguir siendo Martha. Debían descansar si querían llegar a tiempo a la escuela.

El sol apareció nuevamente en la ciudad de Danbury. Un nuevo día comenzaba. Todos los jóvenes se disponían a entrar a la escuela. Algunos con cara de dormidos, otros bien despiertos, otros felices y otros odiando cada día de su existencia. Jonathan se sentía parte de éste último grupo, sobre todo, por los acontecimientos ocurridos con anterioridad.

En el aula, Johnny Deep no podía dejar de observar como "el idiota de Phoenix" miraba todo el tiempo a la chica Brandis. La chica no le dirigía la mirada siquiera. Lo ignoraba olímpicamente y esto parecía desesperar al rubio.

En ese momento, se le ocurrió un plan maestro. Había jurado que se vengaría del marica de Phoenix por el golpe que le había propinado en el campo deportivo y ya había encontrado la manera de hacerlo. Al presenciar el beso que el rubio le había dado a la chica en el patio y al observar como no dejaba de mirarla, supuso que Phoenix estaba enamorado de ella ¡Genial!, pensó Deep. Más fácil no podía tener la venganza.

Dillon, su compañero de banco, al verlo sonreír socarronamente mirando a Martha, habló.

-¿Qué te pasa hombre? ¿Por qué la risa?

Deep rodó los ojos y observó a su amigo.

-¿No te das cuenta que el marica de Phoenix está perdido por la "princesa"?- cuestionó, haciendo comillas con sus dedos.

-¿Y eso qué?-respondió Dillon -¡Qué se vayan al diablo!

-No mi amigo...-dijo Deep enarcando las cejas- Juré vengarme de Phoenix y lo haré...y ya se como- finalizó riendo.

Doble vida (BrandisxPhoenix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora