🎂 Especial: El cumpleaños de Jonathan 🎂

27 3 9
                                    

Hacía tres días que prácticamente no veía a su esposo. Cuando él llegaba de su empleo, River salía apurado de la casa argumentando que tenía trabajo pendiente que resolver. Era el día 13 de abril y Jonathan ingresaba a su domicilio después de un largo día de trabajo. Esperaba que por ser su cumpleaños número 26, al menos, pudiera pasar tiempo con su esposo como lo hacían desde que habían formalizado su noviazgo y luego su casamiento. Suspirando abrió la puerta. El día había sido agotador, pero su esposo era su descanso.

—Riv, cariño... ¡Estoy en casa! —gritó Jonathan en tanto dejaba sus materiales de trabajo en el sillón.

En ese momento, Brandis observó como River bajaba por las escaleras con un traje de etiqueta y arreglándose la corbata.

—¡Hola cielo y adiós! —respondió River, besándolo en los labios y pasando a su lado.

—¿A dónde vas, cariño? — preguntó Brandis, extrañado.

—Lo siento cielo, me han llamado de la corte suprema. Esos casos no se resuelven solos—argumentó depositando un beso en su mejilla.

—Pero creí que hoy pasaríamos el día juntos— alegó Jonathan, desilusionado—Después de todo, casi no nos cruzamos y como hoy es... —pero no pudo terminar la frase porque River lo interrumpió con un pequeño beso.

—Créeme que lo siento, cielo— respondió—Te compensaré, lo prometo.

—De acuerdo...—dijo Jonathan suspirando y esbozando una tenue sonrisa— ¡Que tengas buena jornada, cariño!

—¡Gracias Jon!—respondió el rubio con una sonrisa—Nos vemos en la noche ¡Te amo!

—Yo también te amo, Riv—respondió Brandis, casi en un susurro, viéndolo partir.

En ese instante, River tomó su portafolios y salió de la casa. Jonathan no pudo hacer más que suspirar desilusionado. Su esposo había olvidado su cumpleaños. Estaba tan abstraído en su trabajo que ni siquiera lo había recordado. No pudo evitarlo y unas amargas lágrimas resbalaron por su rostro. Se sentía fatal. Estaba completamente solo en su casa y en el día de su cumpleaños. Nada podía ser peor.

River subió a su automóvil y condujo hasta el hotel cinco estrellas ubicado a unas cuadras de su domicilio. Odiaba ver el semblante desilusionado de su esposo, pero al final, todo valdría la pena. Una pequeña mentira piadosa para disimular una gran sorpresa que venía preparando desde hacía tres días. Momentos después, el vehículo se detuvo. El rubio bajó del mismo y subió las escaleras que lo conducían al lugar exacto donde se llevaría a cabo la sorpresa de su esposo.

— ¡Hola Win!—saludó el rubio, observando la decoración del lugar. 

A Ryder la acompañaban unos profesionales de la decoración que adornaban el lugar bajo su supervisión.

— ¡Hola Riv!—saludó la chica—¿Y? ¿Qué te parece? ¿Te gusta la decoración?

River asintió con gesto de aprobación.

— ¡Está quedando genial!—completó—Nadie mejor que tú para supervisar que la decoración quede perfecta.

—¡Gracias Riv!—dijo Winona—El detalle más importante es que conozco a mi mejor amigo y sé todo lo que le gusta.

—Nadie mejor para supervisar y decorar este lugar, reitero—afirmó el rubio con una sonrisa—En verdad te lo agradezco.

Winona sonrió.

—¿Quieres agregar algo más? — preguntó en tanto señalaba el lugar.

River observó a su alrededor. Sí, definitivamente faltaba algo. Algo hecho por él.

Doble vida (BrandisxPhoenix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora