Doble vida (BrandisxPhoenix)

CAPÍTULO IX

Al día siguiente, Phoenix caminaba hacia la escuela, estaba llegando tarde pero no era novedad. Odiaba estar allí. Si bien era de público conocimiento que era el chico popular y lindo de la escuela, nada era suficiente para él.

River estaba lleno de inseguridades y era consciente de ello, pues sus padres le recordaban constantemente que nunca llegaría a nada y que su vida sería un fracaso. Por suerte tenía a sus amigos que aunque fuesen unos idiotas, podía reírse y desahogarse con ellos.

Antes de entrar al aula, se quitó su walkman e ingresó. Pudo notar como algunas chicas del curso lo miraban embobadas o le guiñaban el ojo.

—Phoenix, llega tarde ¡Qué novedad!... no hay asientos libres, siéntese con la señorita Brandis—habló el profesor.

Martha se quedó perpleja, pero intentó disimular. Al cabo de unos segundos observó como River se acercaba lentamente hasta su lugar con una sonrisa.

Los minutos pasaban y la clase se volvía cada vez más aburrida. El profesor de Historia no dejaba de hablar y Phoenix podía ver como todos tomaban apuntes, mientras él se encontraba absorto en sus pensamientos y en la muchacha que tenía al lado.

—Tendrías que tomar apuntes o te la verás pésima en el examen...—le susurró Martha.

Al fin había dado el primer paso.

—Hey, ¡hola!—fue lo único que pronunció Phoenix.

—Hola...

—Es que...estaba pensando en otras cosas—se justificó —Martha era tu nombre ¿cierto?— preguntó intentando entablar conversación.

Se sabía su nombre de memoria pues últimamente, ocupaba todos sus pensamientos.

—Sí, si...así es.

—Soy River Phoenix—le sonrió.

—Lo sé—respondió instantáneamente.

River la miró extrañado.

—Yo...yo...oí tu nombre en el campo polideportivo—contestó tajante.

—Ya veo...y...¿así que eres la hermana del niño tímido?

—Hermana melliza de Jonathan, así es.

—¿Dónde está él?

—Él...él—intentó pensar rápidamente lo que había practicado con su amiga en caso de que le preguntaran eso—Está participando en un torneo de soccer en otra ciudad.

River asintió.

En ese momento, Martha supo que era el momento de agradecerle por lo que había pasado el día anterior.

—Emm...en cuanto a lo de ayer con Deep, quería darte las gracias. No te hubieses molestado.

River sonrió algo sonrojado.

—No te preocupes, no iba a permitir que un idiota como Johnny Deep se haga el idiota contigo—dijo sin más.

Maldición, la había cagado.

Ambos se miraron unos segundos hasta que tocó la campana del receso. River se levantó rápidamente para huir de la situación.

 —¡Menudo idiota soy!, pensó.

[•••]

En el recreo, Phoenix se topó con los sujetos más populares de la escuela (incluyéndose). Dicaprio lo llamó y se quedaron hablando unos cuantos minutos en compañía de sus otros dos amigos (Pitt y Haim) ya que Dillon todavía no se recuperaba completamente de su lesión en el polideportivo.

Mientras conversaban, River se percató de que alguien le pasó por al lado y lo empujó sin ningún tipo de pudor. Era el idiota de Deep.

—A un lado chico vegetal...¡Chicos, conmigo! —habló Deep y los demás lo siguieron.

Si bien River se hablaba con todos, Johnny Deep era el líder de ese grupo y los tenía a sus órdenes. Se quedó un momento a solas con su walkman hasta que alguien se le colgó por la espalda e interrumpió ese momento de paz. Era Feldman.

—¿Qué demonios pasa Corey?—dijo hastiado.

Corey sonrió acompañado de sus dos amigos.

—¿Qué traes, R? Con Wil y Jerry vimos que te sentaste con la chica ¿Qué hay ahí, eh?—lo codeó amistosamente.

—¿Qué? No hay nada...solo no había lugares disponibles. ¡No sean idiotas!—dijo justificándose.

Todos rieron.

—Oye tranquilo viejo—hablo Wheaton—Solo estamos jugando...—agregó— ¿Qué te parece si nos juntamos hoy luego de la escuela?

—¿Quienes?

—¿Cómo que quienes, tonto?—habló Feldman, obvio—Los de siempre...Nuestro grupo. Sin chicas —le guiño el ojo. Jerry comenzó a reír y River rodó los ojos.

—¿Tú vas, Jerry?

—Claro que si, vamos a acampar.

—Entonces...¿vienes?—curioseó Wheaton con una sonrisa.

—Sí, claro que si.

Todos sonrieron.

—¡Genial! ¡Llevo cigarrillos, cervezas y revistas porno!

—¡Corey!—dijeron los tres al unísono.

Iba a ser un día divertido.