CAPÍTULO XI

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Jonathan se levantó muy temprano por la mañana. Se desperezó y se vistió a toda prisa. Se miró al espejo y maldijo. Se había vestido como Jonathan y si iba a actuar en la escuela como Martha, debía vestirse como ella. Resopló y se cambió nuevamente. Al mirarse al espejo, sonrió. Después de todo, ser Martha no le quedaba tan mal. Tomó su mochila y se dispuso a caminar hacia la escuela. Eran las 7.45 a.m. y las clases no comenzaban hasta las 8.15. Esta vez, esperaba no llegar con retraso pues la escuela estaba a tan solo cuatro cuadras de su casa. Mientras caminaba pensaba en lo ocurrido el día anterior.

River se había acercado bastante a ella después de tener que compartir el mismo asiento en la escuela. Habían conversado un poco más que otras veces y hasta le pareció notar cierto "acercamiento amoroso" por parte del rubio. Ojalá pudiera sentarse siempre a su lado para que estuviera siempre con ella. Martha sonrió una vez más. Ya había perdido la cuenta de las veces que había sonreído al recordar a River. Pero esta vez, la sonrisa tenía otro motivo. Cuando pensó en las ganas que tenía de que el rubio estuviera siempre junto a ella, recordó una de sus canciones favoritas. Tomó su walkman y la buscó. Una vez que la encontró, puso play y la balada comenzó a sonar. Era "Stand by me" de Ben E. King. No pudo resistirse y comenzó a tararear la canción. La escuela se visualizaba en la esquina, ya estaba llegando a destino...

When the night ...has come — comenzó tarareando Martha— And the land is dark... And the moon is the only light we'll see. No, I won't be afraid...Oh, I won't be afraid. Just as long... as you stand, stand by me— siguió sin resistirse a cerrar los ojos a la parte que le seguía— So darling, darling Stand by me, oh, stand by me. Oh stand... stand by me...Stand by m...—pero no pudo terminar porque notó como alguien chocaba contra ella y la tiraba al suelo.

Martha se levantó furiosa, sacudió su vestido y miró al causante de su caída. El joven estaba en el suelo con un libro en su cara, impidiéndole a la chica contemplar su rostro.

—Pero... ¿Qué es lo que haces idiota? ¡Maldita sea! ¿No ves por donde caminas?— preguntó dejando su lado femenino de lado y parándose de una forma muy masculina.

De repente, se paralizó. El joven en cuestión, se sacó el libro que tapaba su rostro, dejando al descubierto unos preciosos ojos celestes y le sonrió.

—¡Vaya Brandis! ¡Qué carácter!—respondió el mismísimo River Phoenix, poniéndose de pie y riendo a carcajadas ante la mirada estupefacta de la chica.

Martha no podía creerlo. Se maldijo por ser tan impulsiva. Había insultado al chico que amaba.

—L-Lo siento...— se disculpó— No sabía que eras tú.

—¿Eso quiere decir que si hubieras sabido que era yo no me habrías insultado?—preguntó con una sonrisa pícara.

—N-no...quie...quiero decir que...— pero no pudo terminar la frase porque fue interrumpida por Phoenix.

—No te preocupes— respondió guiñándole un ojo— No fue tu culpa. Es que venías distraída escuchando tu walkman— agregó señalando el aparato— Por cierto... ¿Qué canción estabas escuchando para venir tan embelesada?

—¿Emm...Embelesada?— preguntó Martha sin comprender.

—Tan distraída, quiero decir— agregó el rubio—Parecía que eras una extensión de la música. Tenías que ver la expresión de tu rostro mientras venías tarareando— finalizó observando a la chica pícaramente.

Martha se ruborizó y agachó la cabeza.

—Lo siento— dijo River interrumpiendo el incómodo silencio— No quería incomodarte.

Martha lo observó con sus mejillas enrojecidas y suspiró levemente.

—No te preocupes, River—agregó.

En ese instante, el rubio esbozó una gran sonrisa al escucharla pronunciar su nombre ¡Diablos!, debía estar volviéndose loco, pensó.

—Y bien...— preguntó el rubio—¿Me dirás qué canción estabas escuchando?

—Oh, sí, sí...lo siento— respondió Martha— Estaba escuchando "Stand by me" de Ben E. King. Es una de mis canciones favoritas—finalizó.

—¿En verdad?— preguntó River estupefacto.

—Sí, ¿por qué?— cuestionó Martha observándolo fijamente.

—Porque es una de mis canciones favoritas también— respondió el rubio— Sobre todo aquella parte que dice...— intentó recordar para luego tararear—So darling, darling...Stand by me, oh, stand by me—finalizó riendo mientras la observaba fijamente.

Martha rió. A River le pareció que su sonrisa detenía el mundo.

—Lo siento, soy muy malo cantando—agregó el rubio tapando su rostro.

—No lo eres...—dijo la chica sonriendo levemente— Tienes una linda voz.

Phoenix se perdió en su mirada y le pareció que pasaron años mientras la contemplaba. No supo cómo ocurrió, pero en estado de trance, bajó su vista hacia los labios de la chica e inclinó la cabeza. Pero en el momento en que sus labios estaban por entrar en contacto, Martha rompió el hechizo y se alejó bruscamente de él.

—E-el timbre acaba de sonar—dijo Martha con voz titubeante y con sus mejillas teñidas de rojo.

—Lo siento, no lo escuché— respondió el rubio— Estaba concentrado en...—pero no pudo terminar porque Martha lo interrumpió.

—¡No importa! Debemos entrar o llegaremos tarde a clases— agregó la chica, dirigiéndose rápidamente a la entrada de la escuela.

River suspiró. No se cansaba de cagarla. Era obvio que la chica había utilizado la excusa del timbre para alejarse de él. Ese intento de beso la había asustado. Debería ser más cuidadoso e ir poco a poco con ella, pero es que cuando la tenía cerca...¡Dios! le era difícil resistirse. Sobre todo, cuando la veía entre tímida y fuerte. Estaba perdido por esa chica. Lo tenía loco. Respiró fuertemente y al igual que Martha, ingresó a la escuela por la puerta principal. 

Doble vida (BrandisxPhoenix)Where stories live. Discover now