Soul Broken

Capitulo 17

Los días en la mansión Lan no fueron fáciles para nadie, en especial para XiChen, su tío no paraba de recriminarle por haberle ocultado la verdad, los Jiang se presentaron al segundo día de su regreso y Jiang Fengmian exigió que Wei WuXian se fuera a su casa con ellos, y no entendía razones hasta que la señora YanLi le recordó que Madame Yu nunca permitiría que Wei Ying se quedara en su casa y ella y Jiang Cheng vivían en apartamentos que no representaban nada para Wei Ying porque ni siquiera conocía esos lugares, que lo mejor para su salud era hacerle caso a Lan XiChen quien era el médico de Wei Ying y el sabia mejor lo que le convenía..

Fue gracias a eso que por fin el señor Jiang acepto aunque a regañadientes que Wei Ying viviera con los Lan. Por otro lado Wei Ying y Lan Wang Ji habían establecido una extraña relación, pareciera que Wei Ying trataba todo el tiempo de hacerle maldades a Lan Wang Ji, y seguía hablando con su madre imaginaria que suponían que lo regañaba por su comportamiento.

La guerra que Wei Ying le había declarado a Lan Wang Ji era el tema que se hablaba en la mansión Lan en los últimos días. Las maldades de Wei Ying parecían estar destinadas a la hora de la comida, todo había comenzado cuando un día inesperadamente Lan Wang Ji se iba sentar al lado de Wei Ying para comer y de repente todos vieron estupefactos como de estar a punto de sentarse Lan Wang Ji termino despatarrado en el suelo y su silla había sido movida de lugar, en ese momento todas las estupefactas miradas se dirigieron hacia un Wei Ying que estaba comiendo despreocupadamente como si nada hubiera pasado, mientras su pie aún estaba enganchado a la pata de la silla de Lan Wang Ji. Días después recibieron la visita de los hermanos Jiang que pasaron a dejarle un regalo a su hermano y le dotaron de especies y su salsa picante favorita, y mientras todos se sentaban a la mesa a comer en compañía de sus visitantes, de repente oyeron como Lan Wang Ji comenzaba a ahogarse entre toses mientras su cara estaba completamente roja, de momento no supieron que pasaba hasta que vieron el plato de Lan Wang Ji que estaba de un intenso rojo, ya que al parecer en un descuido de este Wei Ying vertió una generosa cantidad de salsa en su plato sin que este lo notara hasta que se llevó la cucharada a la boca desencadenando en este incidente que llevo sonrisas a las caras de todos al ver que Wei Ying seguía comiendo como si nada. Así siguieron ocurriéndole "accidentes" a Lan Wang Ji que aguantaba todo estoicamente.

Los días siguieron su curso y ya se cumplían dos semanas desde que habían regresado a la mansión familiar. XiChen notaba como para Wei Ying este lugar se estaba convirtiendo rápidamente en su territorio. Corría de un lado a otro jugando con su conejo de peluche quien para él era su hijo y después de jugar un rato se sentaba a ver caricaturas mientras mantenía una entretenida conversación con su hijo y su madre imaginaria. XiChen solo veía como su hermano se frustraba por la situación al ver que su chico parecía no recordar nada del tiempo que alguna vez convivió a su lado en esa casa.

XiChen estaba perdido en sus reflexiones cuando dos entusiastas vocecitas lo sobresaltaron llenando su corazón de alegría y nerviosismo.

— ¡Primo XiChen!

— ¡Primo XiChen!

XiChen vio como dos pequeños niños entraban corriendo desde el recibidor gritando y saltando, sus caras lucían hermosas y muy parecidas entre sí, se veían angelicales con su largo cabello negro ondeando desordenadamente alrededor de sus sonrosadas mejillas. Y sus ojos eran dos gemas grises que brillaban con tal intensidad que con solo verlos nadie dudaría que fueran mellizos.

XiChen se agacho para recibir en sus brazos a ese par de encantadoras criaturas que corrían hacia él.

—Primo XiChen. Te he extrañado mucho ¿Por qué ya no has ido a vernos?

XiChen le sonrió con ternura viendo como su pequeño primo había crecido bastante en el tiempo que no lo había visto. — ¡Hola!, Jing Yi. — ¿Me echaste de menos?