Mi perfecta Jennie

2. 🧸

Mi vestido rosa lucía muy bien, me sentía bonita al tenerlo puesto y eso es lo que me gustaba, baje la escalera de casa para poder esperar a que mamá estuviera lista, papá esperaba junto a Mimi en la sala.

—Jen...—corrió hasta mi, mi hermana

—Hey— la cargué en brazos

—Pareces una princesa,bonita princesa —sonreí con ternura

—Tú eres la princesa— besé su mejilla

—Ambas son mis princesas— dijo mi papá soltando el periódico de sus manos — las más bonitas

—Papi tú siempre tan alargador — me acerque y lo abrace con Mimi

—tenemos que apresurarnos— mi mamá entro por la puerta apresurada

—Solo faltabas tu madre — dije sonriente 

—Jennie, que te he dicho de esos vestidos, son cortos

—Pero....papá dijo que estaban bien — papá asintió y mi mamá negó

—Nini se ve hermosa mamá, ella es la princesa más bonita

—No hay tiempo para esto, vamos, luego hablamos sobre esto Ruby Jane — me sentí un poco mal, baje la mirada y salí de casa con Mimi caminando de mi mano, subimos al coche y abrochamos nuestros cinturones

Cuando llegamos a la iglesia la cantidad de gente me sorprendió, usualmente nunca venía tanta eso lo sabía por qué papá solía dar la celebración todos los domingos, una de las amigas de mamá se acercó, papá se alejó para ingresar.

—Helena que gusto verte— sonrío la mujer hacia nosotros —Que bueno ver a tu Ruby Jane

Sonreí amable aunque esa señora no me agrada mucho, desde hace tiempo quiere que yo ingrese al convento y eso para mí es un rotundo no, mamá parece dudar, pero algunas veces le da razón.

Nos alejamos de ellas, Mimi me jalo la mano y la miré.

—Jen, ¿Ella quien Es? — vi a quien me señalaba— ¿qué es eso que tiene en su mano?

Mi corazón se aceleró y sentí como todo en mi se inquietaba, ahí se encontraba ella, con una cara de pocos amigos, la causante de mis suspiros, mis ilusiones, fantasías y mis sueños lindos e intensos, Lalisa, Lisa.....la chica más inalcanzable que he visto, la chica más perfecta, con esa ropa oscura y su chaqueta de cuero y esos tatuajes, tan intimidante, peligrosa y sumamente atractiva...¿cómo alguien así podría verse de esa manera? Si, lo sé, pero para mí lo era, toda ella llamaba a muchas cosas, no importa como se vista o sus marcas que me indican peligro, tampoco los rumores malos que tenía encima, mi atención la tenía por completo, no voy a mentir estaba ensimismada en todo lo que sea ella...Lisa.

—Jen— me volvió a llamar mi hermanita

—Mimi, es una chica de aquí del vecindario, son tatuajes lo que tiene — le conteste— vamos entremos

Le di una última mirada a Lisa, ella estaba cruzada de brazos, sus manos con tatuajes me recordaban cosas que había soñado, sentido....negué ante mis pensamientos y entre en la iglesia, las personas hacían lo mismo, me acomodé donde siempre para ver a mi padre empezar unos minutos después.

Estaba nerviosa por alguna extraña razón, me sentía inquieta y lo sentía por mi omega, además de que sentía como alguien me miraba, una mirada pesada e intensa....como la de ella, pero por qué pienso eso, es verdad que esta detrás de mí, pero no puede ser de ella, ¡dios! seguro todas mis alucinaciones de antes me están traicionando, mire la lectura que daba mi padre en el pequeño folleto, seguí la celebración como si nada, o al menos eso quise......ya que una pregunta curiosa llegó a mí, ¿qué hacía aquí Lisa? ella nunca venía, su padre siempre lo hacía, pero ella no, además de que parecía fastidiada de estar aquí, entonces ¿por qué?, quise mirar discretamente, pero moriría si ella estuviera mirándome así que me contuve.

Seguro se preguntan cómo conozco a Lisa, pero la pregunta es, ¿quién no conoce a Lisa? ella es la chica de la que todo el instituto habla, todos quieren su atención, todos quieren que ella sepa que existen o que mínimamente les dedique una mirada de desprecio, era tanta la fama de Lisa, que no solo radicaba en lo bueno, también en lo malo, a pensar de ser todo un paquete de cosas buenas, buena estudiante, talentosa en el fútbol, buena voz, era también un paquete de cosas malas, malas actitudes y peleas por todos lados, cualquiera que le haga algo malo lo tenía que pagar, ella lo dijo y lo cumplía cada que tenía oportunidad, algo que no entendía era como toda esa aura oscura llamaba la atención de todos, ¿por qué llamaba mi atención? yo lo sabía y me hacía la loca, por qué todo lo que sentía por ella era tan fuerte, todo me abrumaba, algunas veces me ponía muy mal por saber que jamás podría estar a su alrededor, que nada de las cosas que sucedían en mis sueños pasaría, jamás me besaría o tocaría, pues yo estaba muy por debajo de su atención al igual que todos, y yo no quería ser como todos, no soportaba que otros chicos y chicas pensaran en ella como algo alcanzable porque para mí no lo era, muchos lo habían intentado, había escuchado a muchas chicas en los vestidores hablar sobre ella y lo hábil que era en los besos y en el sexo, no voy a mentir en eso, me desanime mucho y me dolía pensar en Lisa con otras personas, haciendo lo que yo quería que me hiciera, fue tanta la necesidad que todos los sueños comenzaron, yo sin saber que era eso indague y terminé torturándome una vez más, me oprimía el pecho y me dolía mucho, ahora estaba aquí pensando tanto y poniendo nula atención en lo que mi padre decía, pensando en que ella es la que estaba mirándome y sintiendo como su miraba caliente me miraba en mi vestido rosa, definitivamente si era ella la que estaba haciendo eso, me gustaba, yo no era poco atractiva, lo sabía por qué siempre lo decían, muchas personas me alagaban, además de que yo podía verme, era bonita, me gustaban mis ojos y aspecto, pero inconscientemente pensaba ¿a Lisa le gustaría?

Mis pensamientos quedaron interrumpidos al escuchar aplausos leves, levante mis manos para hacer lo mismo, todos comenzaron a salir, Mimi tomó mi mano y jalo de mí hasta el altar donde papá acomodaba todo.

—Ruby Jane, ¿escuchaste con atención la ceremonia? — mi padre alzó la ceja y asentí — te vi muy pensativa

—Si papi, lo hice— susurre— pero estaba pensando en tus palabras, ya sabes.....buscando una forma de relacionarlo a las cosas del mundo

—está bien— sonrío

Definitivamente, eso estuvo cerca, pero mi papá me conocía mejor que nadie, estaba segura qué estuvo pendiente de mí.