10.🧸

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Deje mis libros en mi casillero, tenía que ir a la iglesia, al parecer papá tenía una emergencia y me necesitaba, no podía negarme

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Deje mis libros en mi casillero, tenía que ir a la iglesia, al parecer papá tenía una emergencia y me necesitaba, no podía negarme.

Sostuve mi mochila y emprendí camino, no estaba lejos, al llegar pude ver una motocicleta afuera, mi corazón se aceleró

¿Lisa?

Ella estaba en una de las bancas de la iglesia, leía un misal y un folleto, me acerqué y vi a mi padre acercarse a ella.

—Joven Manobal, entonces, ¿está dispuesta a ser parte de la familia del señor?

—Sí, aunque me costará adaptarme a estos términos— Lisa señaló los folletos, me acerqué más y ambos regresaron la vista a mi

—Papá.... — susurré y Lisa sonrió de lado, pude sentir su mirada miel en mi

—Jennie, que bueno que llegaste — mi papá llegó a mí y me jalo hasta él — Manobal, conoces a Jennie es mi hija, creo que están en la misma escuela, ella es la indicada para enseñarte esos términos.

—La conozco, no pensé que me prestaría a su hija para que me adaptara

—Si hay alguien que sabe de esto es ella, claro, además de mí, te la presto en lo que te adaptas, mi hija tiene mucha paciencia— mi padre le sonrió con confianza

—Bueno, ¿de qué trata esto?— les dije tímida

—Lalisa quiere pertenecer a esta familia, Jennie, ir por los pasos del señor —Lisa asintió—De hecho por eso te llamé, ayúdala a adaptarse y....yo ahora me tengo que ir, el párroco quiere ver algunas diligencias

—De acuerdo papá— mi padre besó mi frente y salió de la iglesia.

—Hola — Lisa sonrió de lado — que bueno encontrarte

—Lisa, ¿qué haces aquí?

—Bueno....me gustaría aprender más del señor— me dijo y no pude creer eso

—Pero tú...no eres— ella me miró interrogante

—Creí que aquí no juzgaban

—Quiero decir...tú no vienes aquí

—Mi padre si, además... siempre ha querido que muestre interés en cosas como estas y tú estás aquí, por ti estaré aquí

—¿por mí?

—Dijiste que no tenías celular, no podemos mensajearnos, pero aquí podemos hablar mucho, demasiado—me sonroje, ella alzó la ceja

—¿De verdad vas a pasar por esto para hablarme?

—Lo haré— me hizo emocionarme, mi corazón latió alegre

—De acuerdo, entonces te mostraré lo que necesitas saber del señor— hice con mis manos comillas y ella sonrió, esa sonrisa linda que yo quería desde hace años.

Lisa parecía interesada en cada instrucción que daba, lo agradecía, tener su mirada en mí no era lo suficiente adecuado para mi cuerpo que no podría controlar a mi omega.

—Te miré en la cancha, ¿eres líder entre todos?—me preguntó, su mirada estaba en las velas que permanecían sobre uno de las imágenes sagradas.

—Soy parte del consejo estudiantil, por eso estoy entre ellos, estaba preparando todo para el partido de mañana— me encogí de hombros

—Es verdad— ella dejó de ver las velas y se acercó a mí, permanecí acomodando los libros de mi padre de su librero, sentí la mano de Lisa a lado de mi cadera — ¿estarás ahí? — susurro en mi oído, la miré y casi me quedo sin aire, estaba cerca

Sentí mi cuerpo reaccionar ante su cercanía, mi corazón golpeó y mi boca se secó

—Tengo que estar— seguía demasiado cerca

—¿por qué suena como obligación? — Lisa me movió, quedamos cerca y cara a cara, para hacer distancia subí sobre el escritorio, ella abrió mis piernas para quedar metida ahí, realmente esto me asombraba, pero me gustaba.

—Tengo que estar, ya que al final los carteles tienen que meterse al almacén

—¿Lo haces sola?— escuché un gruñido, acaricio mi mejilla preocupada, dejé mis manos sobre sus hombros siendo más atrevida

¿Esto de verdad estaba pasando?

—Bueno, los chicos se van a las fiestas que organizan los jugadores, así que..Si

—Esos idiotas, debes terminar cansada de eso...— su preocupación, lo era todo — mañana, tú y yo recogeremos esa cancha

—No hace falta— ella negó

—Lo hace, además solo iré a ganar... Las fiestas que organiza Chanyeol no me gustan — arrugó su nariz, incluso así era perfecta, su flequillo se movió y acerqué mis dedos para acomodarlo.

Su mirada miel era más bonita así, lucia tensa, escuché un gruñido cuando acaricié su frente y quise alejarme

—Lo siento...

Ella tomó mi mano y la regresó ahí.

—Continúa, me gusta que me toques

—Lisa...— solté un suspiro y volví a acariciar, lo acomodé y al terminar le sonreí.

—Continuemos con el recorrido— asentí tímida y continuamos, le enseñé cada rincón de la iglesia y lo que usualmente hacíamos, ella mencionó que tocaba el piano, cosa que para nosotros es importante.

Acepto tocar todos los domingos si es que yo estaba a su lado cantando el coro, claramente acepté.

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Mi perfecta Jennie Onde histórias criam vida. Descubra agora