23. ⛓️

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Cuando el papá de Jennie se fue, diría que pasamos algunos minutos tranquilos, realmente acomodamos gran parte de los objetos que su padre quería en su oficina

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Cuando el papá de Jennie se fue, diría que pasamos algunos minutos tranquilos, realmente acomodamos gran parte de los objetos que su padre quería en su oficina. Una hora pasó y pronto estábamos descansando.

Cualquier lugar con Jennie era mi favorito. Su olor estaba por el lugar.

—Tu padre estará orgulloso de ambas, somos buen equipo, señorita Jennie— dije con mi habitual forma de llamarla.

—¿De dónde viene la "señorita Jennie"?

—Pensé que a tu padre le gustaría saber que, por lo menos, a ti te respeto. Creo que deja que estés cerca por esa razón — era verdad, el padre de Jennie parecía muy tranquilo, que no era una absoluta idiota con su hija, jamás lo sería, no con ella.

—Mi papá no te juzga, ya lo sabría.

—Parece que quiere ayudarme.

—Lo quiere hacer, siempre conoce primero a la gente y después da una opinión.

—Me gusta agradarle a mi suegro entonces.

—A mí que interactúen, me hace sentir que ya lo sabe todo y que apoya mi corazón.

—Lo hará y si no....puedo raptar a su hija y esconderla con mis besos— me acerqué a ella, mirando en sus ojos un destello de ilusión. Amaba esos ojos, por primera vez sentía que había algo más que decepción para mí en unos, que fueran los de Jennie era aún más valioso.

—Estaría encantada de esconderme en ellos.

—Jennie.......— me queje a solo unos centímetros de ella— el reto....— ella soltó una carcajada, aún sostenía mis manos por detrás de mi cintura, no quería perder, pero con ella viéndose tan hermosa me ponía en aprietos.

—No dijimos qué pasa con el perdedor.

—Entonces, si pierdo ahora no pasa nada.

—No podemos aquí, por más que me muera por un beso tuyo...debemos respetar.

—Solo uno....pido perdón después llegó...

—Pedimos perdón después...

Ella asintió y tomó mi mano para llevarme con ella, no sé qué clase de pecado estaremos cometiendo, pero era peligroso y emocionante.

—Aquí —nos metió en un cuarto de telas.

Me acerqué a ella y me sentí viva con mis manos en su cintura y las suyas en mi cuello.

—Bésame entonces—, así lo hice, la pegué por completo a mí.

Y besé sus labios con mucha ternura primero, pero una corriente de emoción y excitación me recorrió, estábamos tan mal de estar aquí besándonos, que sabía que no podía intentar más a pesar de las ganas que tenía de recorrer más de Jennie.

Mi perfecta Jennie Where stories live. Discover now