Stay With Me [JongTae]

Capítulo V. History.

Yes, I do, I believe
[Sí, yo creo]
That one day I will be, where I was
[Que un día estaré, donde estaba]
The Moon and the stars, are nothing without you
[La luna y las estrellas, no son nada sin ti]

No words can explain the way I'm missing you
[No hay palabras que puedan explicar la forma en que te extraño]
These tears, they tell their own story
[Estas lágrimas contarán su propia historia]

And it's hard, the days just seem so dark
[Y es difícil, los días parecen tan oscuros]
You told me not to cry when you were gone
[Me dijiste que no llorara cuando te fuiste]

But the feeling's overwhelming, it's much too strong
[Pero la sensación es avasalladora, es demasiado fuerte]

I'm reaching out to you
[Estoy buscándote]
I'm missing you, missing you like crazy
[Estoy extrañándote, extrañándote como un loco]

Lay Me Down — Sam Smith

💊 💊 💊

—Dime que no es cierto…— suplicó TaeMin.

JongHyun negó con la cabeza y suspiró con pesar: —Ojalá. No sabes la gran vergüenza, que pase ese día. En verdad quería que me tragara la tierra ahí mismo y que me escupiera en Narnia.

TaeMin se mordió el labio inferior con fuerza, en un intento, por no reírse con lo que el guitarrista le acababa de contarle, sobre su primer día en la Universidad, pero no pudo hacer eso y a pesar de su esfuerzo terminó rompiendo en risa. Llenando los oídos del músico con su risa, para nada suave.

JongHyun rodó los ojos, pero no dijo nada ante la acción del menor, sino al contrario, dejó que una sonrisita suave aflorara en su rostro provocando que las comisuras de sus labios se elevarán hacía arriba con sutileza.

La risa de TaeMin era contagiosa, estruendosa y vibrante. Una risa con un suave toque «infantil», natural, sincero y 'chispeante' con la que estaba, ¿fascinado?

Sí, esa era la palabra 'idónea' para describir como se sentía, en ese instante; fascinado.

Ver reír al rubio con soltura le resultaba bastante entretenido, puesto que las únicas tres veces que se habían reunido, solo le había visto 'configurar' una expresión que denotaba un absoluto fastidio e irritación. Siempre con una mueca en sus labios y las cejas fruncidas, en marcando su cara larga.

O en caso contrario, siempre alerta, atento a todo e incluso de sí mismo, de sus acciones, palabras o movimientos. Totalmente temeroso de los otros a su alrededor, porque sí, lo había notado, desde el principio.

La forma en que evitaba a los demás, su extremo cuidado al andar en la calle para evitar tocar a las personas que caminaban a su par y esa manía de mirar por el rabillo del ojo de manera casi compulsiva, a la espera de que le saltaran encima en cualquier momento, de cualquier sitio.

Por lo que corroborar, que el chico sí sabía cómo reír, pero sobre todo, saber que esas risas habían sido de su autoría, era algo, -extrañamente-, muy satisfactorio. Hacer que bajara la guardia hasta el punto de sentirse lo suficientemente cómodo con su presencia, un gran logro sin duda.