Capitulo 24: noticias

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Pensó seriamente por unos momentos si debía contar aquel sueño en medio de aquel ambiente tan lúgubre. Todos estaban ahí, dentro de la quinta cohorte, algunos sentados sobre los camastros del sitio, otros apoyados en el suelo contra la pared, mirándola como si fuese un fantasma recién aparecido: y había que recalcar que ella no era el fantasma; no aún.

Finalmente negó con la cabeza tratando de buscar despejar su mente, intentando entrar en acción después de aquel silencio incomodo que les rodeó. Emiliano a la vez, le miró con insistencia, sabiendo que algo ocurría, sintiendo un ligero vacío en el pecho que se plantó en el momento en que ella le rechazó.

—Leo, ¿Qué tal si te sientas y respiras? Aún no te ves muy bien.

La voz de Emiliano le hizo mirarle de nuevo, su espíritu tembló una vez más al recordar su voz, su mirada en el sueño. Asintió tratando de olvidar la sensación que tuvo al recordar aquello y avanzo hacia uno de los camastros en el sitio tomando asiento. Suspiro y les miró ahora ahogando todo aquel sentimiento, sonrió buscando alivio para ellos.

—Lo siento, simplemente estoy agotada.

—No te disculpes, es mejor que desconectes un poco tus emociones ahora que puedes. En otro momento terminarías muerta.

La voz de Sam emergió en respuesta, intentando darle alivio a la chica. Le había dado pena verla en aquel estado, eso ignorando el hecho de que si ella se sentía mal, Tad también lo haría: como ocurría en aquellos momentos. Sin embargo, olvido las palabras que siempre le decía Jamal, —si no era para ligar, su tacto equivalía a la caricia de una lija.

Todos los presentes voltearon a mirarle incrédulos porque dijera aquello. No sabían si interpretar aquello como una torpe e inadecuada búsqueda de hacer sentir mejor a la chica, o una seria provocación. Al menos eso fue el pensamiento por parte de Angie, al recordar su burdo tacto cuando estuvieron a solas. Maldición, se dijo Angie, hasta el inexpresivo cabeza de toro de Julián miraba al chico con una expresión que claramente decía, —te has pasado amigo.

Una vez el sitio quedó en silencio, todos miraron de reojo a Leo, quien solo observó al chico de arriba abajo sin decir nada. La ceja enarcada de la chica le dijo a todos aquellos estaban ahí, que estaba a punto de lanzarle un despectivo, — ¿Tú quién diablos te crees? —pero Angie se adelanto chasqueando la lengua y escupiendo un.

—Si antes dudaba que tenías un maní como cerebro, ahora lo confirmo.

—Simplemente he dicho la verdad. Si se derrumba de ese modo en lucha, ya caería muerta de inmediato y eso querida mía, no son dotes de líder. — Sam claramente ofendido, giró su cabeza de manera inmediata a la chica a su lado, dibujo una sonrisa extrañamente pasivo agresiva.

—Simplemente cierra tu maldita boca. —Escupió Javier. —Mi hermana tiene la suficiente fuerza y dotes de líder como para dejar a un cerebro de hierba como tú, inmóvil en una cama el resto de su vida.

Angie y el resto del grupo, incluido Julián, no pudieron evitar soltar una risa ante como le había llamado Javier. Ahora era Sam quien avanzaba un paso hacía el chico dispuesto a reventarle aquellas estúpidas gafas contra el suelo, por otro lado Javier enderezaba su postura dispuesto a enfrentarse a él de ser necesario. Al intentar hacerlo, ambos vieron como Majo se interponía en medio de ambos, mirando a Sam detenidamente.

—Ya basta, no estamos en un momento en que una pelea resuelva la situación, además. —Volteo su mirada a Javier. —Él tiene razón, no es momento para derrumbarse si ella es uno de nuestros líderes de misión.

— ¡Ay, ya cállate! —Espeto Dani subiendo al camastro donde estaba Leo, quien se mantenía en extrañamente en silencio escuchándoles. —Para empezar, no quieras lucirte con aires de gran líder imitando a Leo, dando sermones de cuan insensible debe ser ante lo que acaba de pasar. Ella no es de piedra.

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⏰ Last updated: Sep 11, 2021 ⏰

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La Tercer Gran Profecía.Where stories live. Discover now