La Tercer Gran Profecía.

Capitulo 2: Tic Tac Tic Tac ¿Quién ha muerto?

Emiliano había llegado a su cabaña, se había mantenido de manera pensativa. Ese día se había enterado que uno de sus hermanos había desaparecido, había recordado su experiencia en la última misión, y además; Leo había hecho de él un manojo de nervios al insinuar que Erebo estaba detrás de todo eso: su habilidad para inquietarlo era impresionante.

Ya se encontraba acostado sobre su cama, para entonces ya había pasado unas cuantas horas desde su encuentro con Marcelo y Leo, se removía incomodo en su cama sin poder dormir, las luces estaban apagadas y sus hermanos dormían.

Se levanto de su litera y empezó a caminar de aquí para allá sin tener éxito de conseguir tranquilidad, no dormía, no estaba tranquilo y no conseguía obtener respuesta alguna de lo sucedido, se sentía como León enjaulado. Recordó que no había podido cenar y para entonces se maldijo por haberse distraído en los establos con los caballos.

Se detuvo en su andar por la habitación al sentir el suelo estremecerse, trato de afinar su oído y poder identificar lo que sucedía, pensó que era solo cosa de su imaginación. Reanudo su andar por la habitación, su inquietud salía por cada uno de los poros de su piel. De manera estruendosa y sin aviso, toda la cabaña empezó a agitarse, debido a la sorpresa tuvo que apoyarse en una de las paredes cercanas a él. Las camas se estremecían con fuerza provocando que sus hermanos despertaran.

— ¡Un temblor! —Chillo uno con horror.

Emiliano dudo que se tratara de uno, la frecuencia con la que temblaba era más parecida a un gigante caminando, se escuchaba ruidos estrepitosos afuera y se escuchaba el sonido de la madera al ser desquebrajada desde el bosque. Desde fuera de la cabaña pudo escuchar a algunos campistas correr y gritar hacia el bosque.

— ¡Todos salgan! —Ordeno a los chicos aun en sus camas, algunos asustados, otros simplemente dormidos.

Corrió a su buro donde tomo sus espadas y salió junto a la mayoría de los campistas hacia la entrada al bosque. Al llegar observo a Leo con su arco y carcaj, a su lado sus hermanos, miro a lo lejos como los arboles se estremecían, supo que algo gigantesco se encontraba en el bosque.

—Es por el arroyo. —La voz sorpresiva de Marcelo casi provoca un paro cardiaco en él. Marcelo se percato de ello y simplemente sonrió de lado al notarlo. —Camino libre si te mueres ¿Sabes?

Emiliano entrecerró sus ojos de manera acusadora, siguió su camino hacia Leo sin quitarle la mirada de encima, viendo como sonreía burlón y le seguía también.

—Deja las indirectas...—Refunfuño molesto.

Marcelo se alzo de hombros y acelero su paso llegando antes a Leo. La chica tomaba una flecha de su carcaj y hablaba con un chico que intuía era su hermano. Vio como Marcelo se acerco a ella con cuidado y coloco su mano en el hombro de ella llamando su atención. Apresuro su paso a ellos.

—Los campistas desarmados se moverán a la casa grande, las cabañas aquí presentes irán conmigo al bosque, lo que sea que este ahí derribando árboles se encuentra por el arroyo. También necesito a los chicos de la cabaña siete, tres y uno aquí.

—Mi cabaña ya está aquí. —Ambos observaron a Marcelo debido a su respuesta. Leo solo asintió y le hizo un gesto a su hermano Javier, el chico se retiro del sitio. — ¿Ordenes?

—Lo rodeamos y rematamos. —Determino lista empezando a moverse al bosque. — ¡Síganme con precaución!

— ¿Y si es más de uno? —Pregunto preocupado Emiliano, mirando a su alrededor, notando como la mayoría se movía, también noto como Quirón y algunas cabañas aun no llegaban.