HOH-Minimoni-SSSS. [Sin editar]

Prólogo: 恋の予感

恋の予感 Koi no yokan es una palabra japonesa utilizada para describir ese preciso momento cuando las personas se conocen tienen la sensación de estar destinados a enamorarse. 

Cuando Park Jimin era un poco más joven e inocente pensaba que si el destino y la voluntad de la madre luna lo habían convertido en un omega debía hacerlo bien y ser el mejor omega que un alfa podría soñar; Elegante, refinado, casero, educado y bonito. Nadie podría culparlo era un chico que no conocía lo que el mundo era capaz ni como funcionaba la sociedad en aquel entonces pero era bien sabido que un omega con todas esas cualidades tenía una buena vida.

No era una sociedad machista generalmente los omegas tenían libertades y se les hacía cumplir sus derechos pero Jimin vivía en un pequeño pueblo de personas muy acaudaladas y conservadoras donde aún se practicaban los matrimonios por conveniencia y los omegas eran tratados como sirvientes e incubadoras humanas  como si ese fuese su único propósito en la vida, creció de esa forma no conociendo nunca la libertad o la justicia.  

 Nunca había salido de ese pueblo y mucho menos de la protección de su padre omega y su madre alfa. Era más fácil contar con los dedos de una mano lo que tenía permitido hacer y lo que no era una lista casi infinita, la sobreprotección de su madre alfa sobrepasaba los límites pero siempre se justificaba diciendo "Es lo mejor para ti", "Cuando estés grande me agradecerás", "Debes ser virgen y puro para tu esposo" "Los amigos no existen, no los necesitas" y muchas cosas que Jimin aprendió a regañadientes porque si bien, era un omega obediente algo dentro de él decía que no estaba bien, tenía la sensación de estar viviendo en un error eterno

Antes de presentarse como omega él se sentía libre podia jugar con los niños de las demás familias y eso le gustaba mucho porque amaba hablar ser sociable y compartir con las personas pero en casa siempre estaba solo. Tenía bonitos recuerdos cuando algunos niños hacían coronas de flores para él e intentaban llamar su atención con muchos detalles, se sentía muy mimado y le gustaba eso. 

Cuando tenía catorce años su madre le explico lo que significaba ser un omega cuando Jimin estaba postrado en una cama sudoroso con su cabello rojo  pegado a la frente y con dolores insoportables en la parte baja de su vientre.

"Yo quería que fueras un alfa ¡Que desgracia! ya que te presentaste como omega puedo hacer buenos negocios contigo pero es bueno para ti porque en dos meses te casaras con un alfa de clase y con mucho dinero, podrás heredar la fortuna de tu senil abuela e invertir en nuestro negocio familiar ¿Cierto? lo harás porque serás un buen omega y yo me encargare de eso"

>"Además ya sospechaba que serías así y me adelante a los acontecimientos; Tu padre estará embarazado en un tiempo y consulté a la chamana, este niño será alfa y heredará todo" decía esas crueles palabras con una sonrisa en su rostro mientras acariciaba su cabello 

La realidad de Jimin cambió drásticamente tres días posteriores a su luna roja, antes podía ir al jardín solo y de vez en cuando al bosque de la propiedad para poder caminar, paseaba libremente por todos los pasillos de la casa y salía con sus padres solo cuando era extremadamente necesario pues su madre decía que mientras menos se dejara ver más sería objeto de deseo de los alfas y así tendría una propuesta adecuada, así que su estancia en la casa se limitó a su habitación y si su madre estaba de humor se le permitía ir al jardín. 

Casi cinco años y medio después de su presentación la vida parecía aparentemente tranquila, quizá tendría un poco de paz.

"El hijo alfa del hermano del señor Min será tu prometido" susurró su padre mientras cortaba algunos mechones que estaba largos y lo hacían ver un poco desprolijo.

"¿Cómo es?" preguntó con la vista perdida en el espejo viendo su propio reflejo, estaba resignado a casarse no protestaría porque cualquier cosa lejos de su madre era la mejor opción.