𝙳𝚒́𝚊 3. 𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚊 𝚕𝚕𝚞𝚟𝚒𝚊

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Acercarse imperceptiblemente, en un mismo lugar y horario.
¿Hay alguien esperando?

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Estáticos contra la pared, hombros caídos y un descenso drástico de ánimo y vitalidad. Las gotas de agua impactaban como balas sobre el techo. Era tarde y sin importar cuánto tiempo esperaran ya no habría forma de zafarse de la lluvia. Sugawara les había advertido de la terrible tormenta que se avecinaba y hasta les había dejado su paraguas, ya que se iría a casa de Daichi y podrían compartir el de él, pero igual les había dicho que se fueran temprano.

—¿Y ahora qué? —soltó al aire Kageyama, ya bastante aburrido de estar ahí parado sin hacer nada. Claramente ellos no habían hecho caso a las palabras de su senpai y ahora estaban metidos en ese problema.

—Tendremos que comprarle un nuevo paraguas a Sugawara-san. —Hinata no podía cambiar su modo de zombie resignado a la no vida y ya estaba imaginándose acampando en el gimnasio junto a su archi rival, sin oportunidad de regresar a casa y posiblemente sin oportunidad de sobrevivir a la noche con él.

Kageyama no estaba mucho más entusiasmado que él. Tenía hambre y quería volver a casa. Minutos atrás habían luchado a muerte por quedarse con la ofrenda salvadora que les había dejado su senpai, ya que ninguno estaba dispuesto a cederle al otro el privilegio de volver decentemente seco a su hogar y estaban dispuestos a arriesgarlo todo con tal de ganar.

Así fue como acabaron destruyendo la ofrenda salvadora.

—¿Y cómo se supone que se lo compremos si estamos atrapados aquí?

—Bueno… tú vives cerca. ¿Por qué no vas a tu casa y me prestas un paraguas? —La idea suena estúpida y él sería el único en sacrificarse, pero antes de que pudiera insultarlo y reclamarle, Hinata siguió hablando—. Si lo haces, yo podría comprar el repuesto para Sugawara-san. —¿Y ese chantaje qué? Pero dijo con seguridad, como si fuera suficiente pago por soportar una tormenta acuática sobre él.

No iba a aceptar que fue convencido por el cabeza de mandarina ese, claro que no. Se quería ir a casa y ya. Usó los restos de la ofrenda, aunque no le sirvieron de nada ante el ataque de la lluvia que lo empapó sin piedad. Y mientras tanto Hinata esperando tranquilamente bajo un techo, sí, sí, qué maldito enano manipulador, y no es como si lo hubiera logrado manipular, pero igual lo era, así que no iría corriendo a su rescate a la velocidad del rayo, que esperara.

Se tomó su tiempo. No tomaría una ducha porque tendría que volver a salir, así que sólo cambió sus ropas, se secó con una toalla lo mejor posible, y ya que estaba podía poner todo a la lavadora para que no tomara el olor de la lluvia. Mientras podía tomar una taza de leche caliente para entrar en calor y relajarse. Hinata podría esperar, o tal vez ya se había ido a su casa, ya que había transcurrido bastante tiempo, así que no valía la pena regresar por él. Sin embargo, por si acaso… debía ir a comprobar si todavía seguía allí.

𝗣𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝙁𝙡𝙪𝙛𝙛𝘁𝗼𝗯𝗲𝗿 2021 [𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚]Where stories live. Discover now