𝗣𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝙁𝙡𝙪𝙛𝙛𝘁𝗼𝗯𝗲𝗿 2021 [𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚]

𝙳𝚒́𝚊 21. 𝙿𝚎𝚕𝚎𝚊 𝚢 𝚍𝚒𝚜𝚌𝚞𝚕𝚙𝚊

No me hagas sentir especial, no me busques más.
Déjame en paz, quiero irme lejos.
No soy a quien tienes en la cabeza.

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Tendrían otro campamento de entrenamiento en Tokio, pero esta vez se les sumarían distintas compañías. Nekoma, Fukurodani, lo de siempre, sí. Pero también; Inarizaki. Kamomedai. Sí, les volverían a ver las caras. Una merecida revancha, más tiempo para estudiarles sus movimientos y sacarle hasta la última gota de jugo de aprendizaje.

Sólo que Hinata podía ser atrapado con facilidad y se distrajo momentáneamente de sus planes cuando un par de zorros astutos lo atrajeron hacia ellos en la cancha.

—Lo haces bien —dijo el zorro gris, y Hinata enseguida se puso en su modo oh, ¿qué dices? No sé si para decir "un genio" aunque nadie le haya dicho que lo era.

—Te iría mejor con nosotros, piénsatelo. —Pero el más interesado era el zorro rubio. El mismo que lo había invitado a jugar con ellos y que no paraba de elogiarlo, haciéndolo sentir sumamente poderoso—. Te daría todos los pases que tú quieras. —Le sonreía ampliamente. No era la sonrisa reconfortante de Sugawara, pero le servía para saber que había hecho un buen trabajo y era apreciado.

—Oh, me lo pensaré —respondió con algo de timidez luego de ser tan adulado. Mal no le vendría tener un armador que de vez en cuando le dijera lo genial que era. No como ese idiota gruñón de...

Oh.

Kageyama. ¿En dónde estaba? ¿A dónde había ido a parar ese tipo con dificultad para socializar y pánico a la muchedumbre? Bueno, era vóley, seguramente estaría bien relacionándose a través de un balón. Aunque tal vez estaba por ahí solito en un rincón, abrazando sus rodillas como aquella vez que lo encontró en el costado de la escalera en su viaje escolar...

¿En dónde podría estar?

—¡Nada mal, Kageyama! —Atraído por el nombre, Hinata distinguió una voz entre tantos sonidos de vóley en el gimnasio. Enseguida su vista intentó encontrarla.

Hinata no recordaba el momento en el que se había separado de Kageyama. En el autobús habían viajado uno al lado del otro, entraron juntos a saludar a la escuela anfitriona, incluso habían ido al baño a cambiarse juntos, luego entraron al gimnasio, aunque la mayoría recién seguía instalando sus cosas y luego... "hey, ¿quieres unos pases?", zorro rubio, zorro gris, perdió de vista a Asocialyama. Y luego tantas adulaciones que capaz, lo olvidó un poco.

Y ahí estaba ahora, al lado del otro Pequeño Gigante, ese que le había peleado por el título y ahora también parecía querer robarle a su armador, quien no lento ni perezoso se la había pasado colocándosela a Hoshiumi Korai. Kageyama no andaba tan Asocialyama en esos momentos. No cuando tenía esa expresión de locura voraz y éxtasis donde se asomaba una de esas sonrisas que no daban miedo. Por lo menos no del miedo que lo podría asustar al encontrárselo por la noche, más bien...