𝙳𝚒́𝚊 10. 𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚋𝚘𝚛𝚛𝚊𝚌𝚑𝚘

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Dame una pista, dame un premio.
Te gané, ¿lo viste?
Dame un señal para seguir avanzando.

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—Sí que te pateé el trasero

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—Sí que te pateé el trasero. —Apoya el tarro de cerveza en la mesa luego de haberlo vaciado hasta casi la mitad de una sola vez. Era un hábil bebedor después de todo, su resistencia era envidiable.

—Cállate.

No, pero en serio, lo había hecho. Finalmente lo había hecho. Luego de años y arduos entrenamientos, la promesa se había cumplido y el marcador indicó 26-24. Hinata había vencido a Kageyama en la cancha y ahora también deseaba vencerlo en otro aspecto. Uno que también venía postergando hace años.

—¿No crees que estás bebiendo mucho? —le dijo Kageyama luego de observarlo vaciar su tercera ronda, mientras que él seguía en la primera.

Ante eso Hinata rio. Incluso con veintiún años ese tipo seguía manteniendo esa estúpida inocencia que le causaba ternura y ganas de molestarlo a la vez. Tal vez sobre todo la última, ya que en cuanto el partido terminó y estuvieron a solas no tardó en refregárselo en la cara y exigirle que "el perdedor invita un trago, Kageyama-kun" mientras lo arrastraba sin darle oportunidad ni para tomar una ducha ni cambiarse el uniforme de los Adlers, así como él tampoco se había cambiado el de los MSBY. Y así lo obligó a invitarle una cerveza que se convirtió en dos y luego en tres y próximamente en cuatro.

—¿Qué sucede, Kageyama-kun? —Ahí va de nuevo con esas terminaciones y tonos de juego para provocarlo—. ¿Acaso eso es todo lo que puedes soportar? ¿Tendré que ponerlo como otra victoria a mi favor? —Le enseña la sonrisa dientona con malicia, porque sabe que así es cómo el otro vuelve a encender su interruptor competitivo y pide otra ronda para intentar ganarle al menos fuera de la cancha.

Suerte que ganaban bastante bien con sus respectivos equipos, porque esa cantidad de gasto en bebida alcohólica se comparaba a la que hacía Kageyama en sus litros y litros de leche, y eso en verdad era mucho. ¿Cuánto llevaban ya? Tal vez los tarros vacíos estaban ahí, pero contarlos era demasiado trabajo y lo mareaba, tenía algo más importante en lo que concentrarse y era volver a ganar. Pero Kageyama no quería dar el brazo a torcer, aunque tenía la sospecha de que ese hombre no había tomado en su vida y se estaba haciendo el fuerte pese a tener que contener la tos en varias ocasiones. De esa forma ya no sabía si estaba sonrojado por el calor de la bebida y su sobreesfuerzo con la misma, o si estaba también conteniendo la humillación de ser vencido por dicha bebida. Pero era tan terco que no lo admitiría en voz alta, que no le importaría quemarse la garganta si podía hacer que Hinata se tragara sus propias palabras y se le devolviera la humillación como si fuera un bumerang, cosa que no iba a pasar.

—¿Estás bien, Kageyama-kun? No tienes forzarte a sufrir de esa manera si no puedes soportarlo —le dijo cuando lo vio apoyar la cabeza sobre la mesa sin soltar la manija del tarro porque en verdad era un idiota muy terco. Y muy lindo. Y muy sexy.

𝗣𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝙁𝙡𝙪𝙛𝙛𝘁𝗼𝗯𝗲𝗿 2021 [𝐊𝐚𝐠𝐞𝐇𝐢𝐧𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora