Dєѕαfíσѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × Lectora

《Helador》

La clase de esgrima ya había empezado y Adrien no llegaba, él nunca faltaba a una clase y su repentina tardanza me preocupaba—Hola, soy Adrien; no estoy, deja tu mensaje—habló el correo de voz con la voz del rubio por cuarta vez.

Suspiré, envié un mensaje diciendo que la clase ya había comenzado y era tarde, guardé mi teléfono en mi casillero para ir al patio, yo también estaba llegando tarde por llamar a Adrien.

No quería verme como una niña berrinchuda necesitada de atención, pero sentía que Adrien se ha estado comportando extraño últimamente, y no sólo él, todos mis amigos de clase también, incluyendo a Alix y Nath.

Volví a suspirar, salí del salón lleno de casilleros—Señorita T/A, llega tarde—habló el profesor regañando mi impuntualidad.

—Lo siento—me disculpé sin muchas ganas, bajé mi careta para cubrir y proteger mi rostro durante la batalla con Kagami, con la que siempre suelo practicar.

Ella también se colocó la careta—¡En garde!—exclamó dando inicio a la batalla.

Mi mente no estaba precisamente concentrada en la batalla, estaba distraída pensando en lo extraños que estaban mis amigos; mi mente trató de volver a la batalla, di una estocada con mi espada tratando de tocar a la azabache.

—¡Predecible!—exclamó cuando falle, lo intenté otra vez—¡Predecible otra vez!—volví a fallar, intenté atacar desde otro ángulo—¡Demasiado predecible!—habló bloqueando mi ataque con su espada, bostezó fingiendo aburrimiento—¡Eres tan predecible!—se burlaba tratando de motivarme a mejorar.

Al menos ella seguí siendo la misma y no actuaba de manera extraña...

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Volví a mi casillero para tomar mi mochila he ir a cambiarme la ropa de esgrima, tomé mi celular y desperté a Aria para que siga durmiendo en mi bolso, inconscientemente miré la pantalla de mi celular y me entristecí al no ver mensajes ni llamadas perdidas del rubio.

Miré el mensaje que le envié a Adrien, hice una mueca al ver que me dejó en visto.

Me senté en la banca con la mirada en el suelo y me puse a repasar lo que había hecho, no recordaba haber hecho algo malo como para que se enojara conmigo.

Alguien entró en la sala, sabía perfectamente quién era—¿Qué está pasando, _______?—oí preguntar a Kagami—Por lo general, me gusta vencerte, pero no es divertido si es tan fácil—habló seriamente, había notado mi inquietud.

Levanté la mirada encontrándome con sus ojos castaños—¿No has sentido alguna vez que todos actúan extraños pero sólo contigo?—pregunté sintiéndome en confianza de hablar—¿Sentir como se alejan y no saber el porqué?—pregunté volviendo a bajar la mirada.

Sin pensarlo dos veces, ella caminó hacia mí y se sentó a mi lado—¿Problemas con tus amigos?—preguntó acertando con el problema, asentí levemente—¿Por qué crees que eres tú la razón?—volvió a preguntar serenamente.

Recordé lo que pasó con Alix y Nath—Pues...

Salí del salón apresurada al ver que mis amigos no me esperaron—¡Oigan chicos!—llamé antes de que se fueran, ellos se detuvieron abruptamente pero no voltearon a verme—¿Quieren ir a patinar?—ofrecí sonriente mientras guardaba mis cosas en mi casillero.

—Amm no podemos, tenemos reunión con el club de arte—se excusó Alix—Vamonos, Nath—lo jaló del brazo para salir del lugar dejándome con la palabra en la boca.