Dєѕαfíσѕ dєl Dєѕtinσ || Chat Noir/Adrien × Lectora

《Dormilón》

Narra Aria

Me dirigía hacia el punto de encuentro en el que acordamos reunirnos Tikki, Plagg y yo, llevaba una flor artificial entre mis manos como un regalo que les daría a los kwamis de la caja de Miraculous Chinos, hace mucho que no convivía con ellos y estaba muy emocionada.

La razón de nuestra visita es porque mi amigo Nooroo, el kwami de la mariposa, está celebrando su ciclo 3 500, su cumpleaños... en las garras de Hawk Moth.

Y aquí es donde entramos nosotros, los kwamis.

Podíamos comunicarnos con él sólo por esta noche y averiguar donde está, a pesar de que yo no pertenezco a la caja de Miraculous Chinos, ocuparía el lugar de Duusu, otro kwami desaparecido, así tendríamos más oportunidad de encontrar a Nooroo.

Y todo esto fue idea de Plagg ¿Sorprendente no? 

Claramente le pedí permiso a mi portadora para salir y ella me lo otorgó sin rechistar al escuchar mis motivos, pero dijo que llegara antes del amanecer por que sería peligroso estar mucho tiempo afuera, ella fue la que me dio la flor artificial como presente para mis amigos kwamis.

Sonreí ante lo comprensiva que es, al viejo Fu no le gusta que nos alejemos de nuestros portadores, pero una noche no le hace daño a nadie ¿O si?

—¡Aria! ¡Por aquí!—oí una voz aguda llamarme.

Volé hacia Tikki, quien se encontraba sentada sobre una tejado frente a la famosa torre Eiffel—¡Hola Tikki!—saludé animadamente al ver al kwami de la creación—¡Mira! ¡Traje una flor artificial! Mi portadora dice que no se puede marchitar y además huele muy bien ¿Verdad que es genial?—pregunté con entusiasmo mostrando mi regalo.

Ella rió levemente—Si, mi portadora tiene unas rosas artificiales para decorar su habitación, son muy bonitas—sonrió, miré lo que tenía entre sus manos, ella traía un marcador.

Minutos después de una larga espera, llegó Plagg.

—Hola Terroncito—saludó el recién llegado, quien traía un queso Camembert.

—Ya te dije que no me llames así ¿Acaso yo te llamo Apestocín?—preguntó Tikki no muy feliz por el apodo que usaba Plagg.

—No, pero deberías, eso me encantaría Terroncito—volvió a apodar sacándole una mueca de disgusto a la ojiazul.

—Primero que nada, buenas noches—hablé llamando su atención para que note mi presencia—Y segundo, Plagg ¡Ya era hora de que llegaras! ¡Se nos hace tarde!—lo regañé por su impuntualidad y fui volando junto a Tikki hacia la casa del viejo Fu.

Él bufó y nos alcanzó—Ambas son unas amargadas—se quejó mientras volábamos—¿Qué mentira le dijeron a sus portadores para escaparse?—preguntó con repentino interés.

—En realidad, sólo le conté la verdad—habló Tikki con simpleza como si fuera la más obvio del mundo.

Yo asentí de acuerdo con ella—Yo también, mi portadora fue muy comprensiva—añadí al argumento de Tikki.

—Oh, quizás algún día intente eso, para ver cómo es—habló divertido para luego comerse el trozo de queso que traía.