Capítulo 17: Club.

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Me levanto dándome cuenta de lo adolorido que está mi cuerpo, chillo sintiendo el terrible ardor en mi entrepierna y al apoyarme en la cama con mis manos saco un quejido arrollador sintiendo unas punzadas fuertes en mis nudillos.

Todos los recuerdos vienen a mi; Christopher rechazando mi propuesta, yo sacandolos a todos de mi departamento y, por último, mis puños pegándose una y otra vez contra la pared.

Thomas se aferra a mi cintura como un niño a su madre, y cuando trató de alejarlo de mi para levantarme, se levanta asustado, me ojea para ver si estoy bien, y suelta un suspiro al verme levantarme de la cama.

—Voy al baño.

Hace lo mismo ayudándome a caminar al baño, pero el teléfono de mi departamento suena y volteo a mirar a Thomas dándole una seña de que vaya a atenderlo mientras yo camino por mi sola a ir a orinar al baño.

El dolor en mi entrepierna desaparece al yo caminar sola, solo siento un poco de incomodidad, pero solo eso. Lo que si me duelen son los nudillos que tengo vendados.

—Ya vuelvo, preciosa. —Me dice Thomas antes de salir por la puerta.

Entro al baño y, como estoy desnuda, solo me agacho en la tasa del baño para orinar. Suelto el chorro que me alivia, y cuando levanto mi vista veo a Thomas entrando con el teléfono en la mano, me lo extiende y lo agarro aún con el rostro confundido.

—¿Quién es?

—Rachel James.

No demoro mucho en colocarme el teléfono en la oreja escuchando la silenciosa respiración de aquella pelinegra de ojos azules.

—¿Aló? —Hablo.

—¿Micaela?

Sonrío escuchando el tono desesperado en su voz.

—Si, la misma.

Suelta una risa nerviosa.

—Yo, quería saber si todavía querías verme, ya sabes, para hablar sobre lo ocurrido ayer.

Alzo la mirada encontrándome con la de Thomas quien tensa sus cejas cruzado de brazos.

—Si, claro, yo hoy tengo que verme con unos amigos, pero en la noche yo te llamo y vienes a mi departamento.

Mi respuesta no le agrada a Thomas quien alza una ceja acercándose a mi a pasos lentos.

—Si, claro, estaré esperando tu llamada.

Que bueno, Rachel James, no sabes cuánto he deseado volver a probar tus labios, cualquiera de los dos, arriba o abajo, esta bien para mí.

—Adiós. —Me despido sin antes escuchar su respuesta.

Cierro dándole el teléfono a Thomas quien siquiera me mira a la cara. Me levanto de la tasa y entro a la regadera lista para bañarme.

Por la puerta de cristal que nos separa veo a Thomas quien se quita la ropa abriendo la puerta mostrándome su cuerpo de infarto, y lo que me hace babear es la verga que aún dormida esta grande.

Sigo bañandome sintiendo como se posa atrás de mi agarrándome de las caderas pegándome contra él, y su miembro que cada vez se endurece.

—Thomas. —Susurro en modo de súplica, ya que él es el más salvaje en la cama.

Aún sigo con el dolor en mi ano gracias a Alex, y ahora mis ganas de coger surgen, pero con Thomas, esto va a doler mucho, pero me gusta.

Me gusta, pero me asusta, y el que me asuste solo me gusta más.

Destrucción (Los Morgan) [+18]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora