Día 13: bath time

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🛁🧼Warm bath.🧽🚿

La noche llegó rápidamente después 9 horas de jornada laboral. Los jóvenes de ahora debían de enfrentarse a aquellos horarios porque ¿Qué no es mal visto querer salir a su hora, más si los jefes siguen en la oficina? En la actualidad, pocos empleos tenían un horario que se respetara, con prestaciones justas y buena paga. Pero no quedaba de otra más que sobrevivir y es por eso que muchos jóvenes, con cara de cansancio, regresaban tan tarde a casa.

Cerca de un gran edificio, había un grupo de chicos fumando a las afueras del lugar, discutiendo a donde se irán a beber.

— Nos vamos al bar que está a 4 estaciones del metro.

— Una disculpa, pero no puedo ir. — comentó un muchacho de no más de 27 años.

— Hong, no seas aguafiestas, anda, habrá muchas chicas y...

— De verdad, para la siguiente, yo invitaré una ronda de soju. — haciendo una reverencia, el de ojos felinos se alejó de su grupo de compañeros y corrió hacia la estación del metro.

Habían sido las peores 9 horas laborales, juntas interminables que no llegaron a nada, una fotocopiadora descompuesta y un gran golpe en su cabeza. Con su mano, sobaba el lado derecho de su frente, ¡Cómo odiaba a quien dejó esa puerta mal cerrada! El dolor se combinaba con el cansancio y lo único que quería era llegar a casa, bañarse, comer y dormir.

Luego de varios minutos (y otros golpes en su cabeza por los maletines de los pasajeros en el metro el cual parecía lata de sardina) por fin, arribaba a casa. Era un pequeñísimo departamento en un 10º piso, pero ¿Qué más daba? Era su espacio favorito. Vio un anuncio a la entrada del edificio: del piso 4 a 10 el elevador no servía. Oh, otra rayita más al tigre. Ni modo, a subir escaleras después del piso 4.

Exhausto, llegó al piso 10 y al ver el pequeño letrerito con los apellidos Yoon y Hong, respiró profundamente y abrió la puerta.

— Ya vine...

— ¡Joshuji! ¡bienvenido a casa! — salía a recibirlo otro chico de su edad, con un mandil rosa y una espátula en su mano.

— Hola...

— ¿Qué pasó bebé? — preguntó curioso el rubio.

— Sólo fue un día pesado. — dijo cortantemente el de tez morena dejando caer su maletín y saco al sofá.

— ¿Quieres que te haga algo especial para cenar? Puedo hacerte unos panqueques si lo deseas.

— No pasa nada Jeonghan, está bien. — comentó colocando su mano en su cien derecha, caminando hacia la cocina.

— No, sí pasa algo. ¿Muchas juntas? ¿Empezaron con sus tonterías administrativas? ¿Alguien le tiró café a tu computadora?

— Algo parecí... — antes de terminar su frase, sintió un fuerte dolor en su pie izquierdo. Sólo eso le faltaba. — ¡Con un carajo! — al parecer, una pequeña pieza de lego se había quedado clavada en su talón.

— ¡Ah, perdón! Estaba sacando unas cajas y de seguro se cayó una. ¿Estás bien? — volvió a preguntar Jeonghan mirándolo con preocupación.

— ¡No! ¡No estoy bien! ¡estoy enojado, cansado de las juntas, huelo feo por mis compañeros fumadores compulsivos, me pegué en la cabeza con una puerta mal puesta, y llego y un estúpido lego me recibe clavándose en mi pie! — el azabache lo dijo tan rápido, que su respiración se agitó, asustando un poco al rubio.

— Bebé... — con cariño, Jeonghan le acarició la cabeza y le sonrió tiernamente. — No sé por qué adiviné que vendrías desanimado y hasta el culo de cansado, así que anda, ve a ducharte y platicamos.

Su novio sabía cómo tratar su mal humor cuando estaba cansado o estresado, y hoy no era la excepción. Después de quitarse la maloliente ropa que apestaba a cigarrillo, se metió al baño, ahí encontró unas bathbooms de lavanda y cítricos, su shampoo favorito y una pequeña mesita de servicio con unas fresas y moras azules. Jeonghan siempre pensaba en todo. Decidieron irse a vivir juntos debido a que sus familias no aceptaron su relación, y después de muchos desafíos, pudieron rentar ese pequeño departamento. Jeonghan estaba trabajando como maestro de preescolar y él como auxiliar administrativo. Fue curioso cómo se llegaron a conocer, pero ambos se enamoraron casi a primera vista. Si bien llevaban apenas 1 año viviendo juntos, tal parecía que su novio le atinaba a esos días tan caóticos donde lo único que lo calmaba era una buena ducha.

Se desnudó por completo y se metió de lleno a la tina. El agua caliente aliviaba la tensión en sus músculos, y el plus aromático de la lavanda, le hacía relajarse aún más. Quiso poner su mente en blanco, pero los pensamientos negativos o conflictivos seguían ahí, taladrándole la adolorida cabeza. ¿Realmente le podría dar una buena calidad de vida a Jeonghan con su trabajo tan mediocre? Su chico ya tenía una plaza en una escuela de gobierno, y eso le garantizaba un sueldo aceptable, pero él... trató de no pensar en eso y cerró sus ojos, dejándose llevar por los aromas y el calor de su ducha.

Estaba quedándose dormido, hasta que sintió unos frios labios besándole el cuello.

— ¿Ya estás mejor, amor? — la gangosa voz de Jeonghan le hacía abrir sus ojos.

— Perdóname bebé, perdóname por ponerme así.

— Yo hubiera hecho lo mismo, ¿Te acuerdas cuando me encargaron un iPad y la perdí? Pues el estrés fue tanto que realmente quería mandar al diablo a todos. Te comprendo Shua, y sé que a veces lo único que necesitas que el agua calme tus nervios.

— Y tus labios calman mi cuerpo. — dijo coqueto el moreno.

— ¿Lo calman o lo encienden? — con picardía susurró eso Jeonghan al oído de Joshua.

— Las dos cosas, pero hoy solo lo calman.

Jeonghan le dio un besito en la frente húmeda y con suavidad, le empezó a dar un masaje en la espalda a su novio. Sus suaves manos sintieron cansados pero fuertes y marcados músculos del menor, pasaron por su espalda, hombros y cuello. Dudó por un segundo si bajar un poco más hacia aquellos marcados pectorales, pero mejor sólo le dio otro beso pero ahora en la mejilla a Joshua.

— Te dejo descansar, terminando, puedes ir al comedor y te esperaré a cenar. — levantándose rápidamente del suelo Jeonghan soltó a su pareja pero este le tomó de la mano.

— Si no fuera porque en serio me duele la cabeza y estoy cansando hasta el carajo, te juro que tendríamos sexo en la bañera, pero... pero hoy no. — miró con deseo al rubio y este dejaba salir una risita.

— No me tientes Satanás. Pero mejor mañana, mañana que tengas más fuerzas y... mejor me voy o terminaremos follando duro aquí y ahora.

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Hola bandita! por poco hoy no subo nada :') Literalmente me pasó lo que Shua, me metí un porrazo en la cabeza con la lámpara de mi unidad después de hacer una difícil extracción, la cual salió exitosamente, pero mi cabeza me dolió hasta al carajo :') y la paciente tampoco cooperó mucho, así que me estresé un poco :') pero después de bañarme (sí, super adhoc el cap de hoy) me relajé y escribí esto C': quiero a mi Jeonghan que me mime mientras me muero de dolor :') 

Los adoro muchito por leerme <3  

🌸✨Flufftober✨🌸Where stories live. Discover now