Capítulo 4 Haciendo cambios

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Martina

Despierto con el canto de unos pajaritos fuera de la ventana, ni siquiera sé qué hora es. Mi celular esta descargado y no uso reloj, así que me queda solo confiar que la leve luz de día que se ve fuera, me indica que está amaneciendo.

Me quedo mirando hacia el techo. Los recuerdos del fin de semana aun hacen que se me forme un nudo en la garganta.

Cuando estoy con Axel me siento bien, estoy acompañada y me hace reír, pero en el momento que me veo sola, no puedo evitar pensar y recordar todo lo que pasó desde el viernes ahora.

Diablos, se siente como si hubiese pasado mucho más tiempo.

Ni siquiera tengo ganas de ir a la universidad, pero, aun así, me levanto y me pongo mi ropa. Tomo la camiseta de Axel y la llevo conmigo, prefiero devolvérsela limpia y seca otro día.

Salgo de la habitación en silencio. Todo está apagado aun, al parecer Axel sigue dormido, así que le escribo una nota de agradecimiento y la dejo en su nevera con uno de esos imanes decorativos. Tomo mi bolso y mi guitarra olvidada, avanzo hasta la salida y me armo de valor para volver a mi departamento.

Solo entrar me llena de una nueva angustia. Se siente demasiado grande y vacío. Cada rincón de este lugar me recuerda a él, el sofá donde nos acurrucábamos a ver televisión. La encimera donde cocinamos juntos, el rincón junto a la puerta donde me besaba cuando llegábamos especialmente excitados.

Aprieto los ojos para eliminar esos recuerdos y evitar que las lágrimas me invadan nuevamente, voy hasta la habitación ignorando la cama vacía que se encuentra a un lado.

Me cambio de ropa nuevamente, me pongo unos leggins, una camiseta vieja y me hago un moño alto sobre la cabeza.

Salgo de la habitación y me quedo de pie con las manos en las caderas mirando todo a mi alrededor.

Bien. Si voy a vivir aquí sola durante un tiempo, entonces, transformaré el lugar en algo que se sienta solo mío.

Me paso toda la mañana ordenando y limpiando todo el departamento. Siempre quise mover algunos muebles de lugar, pero Dan no era muy adepto a los cambios. Excepto cuando se trataba de mi, al parecer.

Afortunadamente, este departamento le pertenece a mi familia. Mi padre lo compró antes de que mi hermano entrara a la universidad y luego yo me vine a vivir acá, por lo que no me siento culpable de quedarme con todos los muebles. Ya estaban acá cuando llegamos Dan y yo.

En más de una ocasión se me pasa por la cabeza donde habrá dormido Dan. ¿En un hotel? ¿en casa de un amigo? ¿Con esa chica?

Diablos... debería dejar de pensar esas cosas. No debería preocuparme más por eso.

Cuando ya está todo ordenado, limpio y cambiado me siento en el sofá de la sala y tomo mi celular que había dejado olvidado mientras se cargaba.

Son las 4 de la tarde. Ni siquiera había desayunado o almorzado, pero no sentía ganas de comer. El tiempo vuela cuando estas concentrada en algo.

Reviso las notificaciones y veo que tengo muchas llamadas perdidas y mensajes sin leer.

2 llamadas de Lucía en la mañana, quizás porque no llegué a la universidad y 27 llamadas de Dan desde la noche del sábado hasta hoy en la mañana.

¿27 llamadas? Me parece un número alarmante de llamadas a alguien que te dio un puñetazo y por poco te lanza por el balcón.

Quizás cuando las cosas estén mejor, deba realmente sentarme a hablar con él de nuevo.

21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]Where stories live. Discover now