21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]

Capítulo 23 La oportunidad de continuar

Axel

No vuelvo a saber de Martina durante el resto de la semana. No he querido ser insistente, supuse que ella me buscaría cuando quisiera continuar con nuestra conversación. Pero aún no lo ha hecho.

Hoy me he despertado con una fuerte jaqueca que los analgésicos que me he tomado me han hecho efecto.

Las últimas semanas han sido caóticas.

Efectivamente, la urgencia de Isaac por volver de las vacaciones era real.

El contrato con una gran empresa transnacional que estábamos esperando hace un tiempo iba a concretarse al fin antes de que terminara el mes, por lo que tuvimos que movernos rápido para contratar un equipo de trabajo más amplio y arrendar una oficina como parte de las condiciones que nos pusieron en el contrato. Con la cantidad de dinero que nos llegaría podíamos hacerlo, además era un buen comienzo para empezar  nuestro proceso de expansión.

Así que nos pasamos con Isaac viendo oficinas y haciendo entrevistas de las cuales ninguno de los dos teníamos conocimiento de cómo abordarlas.

Por otra parte, mi madre no dejaba de insistirme en que le diera la oportunidad a mi padre de poder verlo, haciendo que me irritara cada vez más con ella.

Y finalmente todo el asunto con Martina.

Todo este estrés no me ha dejado dormir bien durante varios días seguidos y la falta de sueño siempre me produce jaqueca, lo que solo se me quitará con un buen sueño reparador, pero sigo estresado y así sigue el circulo.

No he comido nada desde la mañana. El sol ya se ha ocultado así que pretendo salir a caminar y comprar algo para cenar esperando que despejarme me ayude con mi jaqueca.

Me sorprendo cuando abro la puerta para salir y me encuentro a Martina parada frente a mí, con un plato en sus manos, una bolsa que sostiene con su boca y haciendo malabares para poder tocar el timbre, se sobresalta en el momento que abro la puerta.

—¡Axel! — dice con los dientes apretados para no dejar caer la bolsa — estaba por llamar...

Tomo la bolsa con mis manos para ayudarla.

—Pasa — le indico con voz queda.

—¿Estás bien? — pregunta. Yo dejo la bolsa en la encimera al pasar y vuelvo al sofá y me recuesto con el ceño fruncido.

—Sí, solo tengo un fuerte dolor de cabeza.

Martina cierra la puerta con su cadera y deja el plato en la encimera junto a la bolsa.

Llega al sofá y se sienta junto a mí, me da una mirada un poco afligida

—Elegí un mal momento para continuar nuestra conversación ¿no?

Yo solo le doy una mirada significativa y vuelvo a mirar la tv. En realidad, hace horas que esta prendida en el mismo canal, pero no he visto nada. Ahora están dando un programa donde restauran coches antiguos.

Martina toma de mi brazo y me jala hacia ella. Me dejo guiar y ella acomoda mi cabeza en su regazo.

La observo perplejo en búsqueda de una explicación, pero ella solo me da una sonrisa mirándome hacia abajo. Pasa sus dedos por mi cabello y yo instintivamente cierro los ojos al contacto.

—Mi madre sufre de jaquecas cada cierto tiempo — explica en un susurro — mi padre solía hacerle masajes cuando ocurría eso, en la cabeza y espalda, ella decía que siempre le ayudaban.

La escucho mientras me dejo llevar por las suaves caricias que hace con sus manos.

Comienza a masajear mi cuero cabelludo con la punta de sus dedos, luego pasa por ambas sienes y las presiona levemente con movimientos giratorios, sigue haciendo lo mismo detrás de las orejas y en mi nuca, luego se detiene y solo acaricia mi cabello haciendo que me relaje.