Capítulo 7 Un mundo de posibilidades

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Martina

—¡¡Buenos días!! ¡¡El cielo es azul y fuera hay un hermoso día despejado!!

La voz de Axel me llega desde la puerta de la habitación como si estuviera hablando con un megáfono junto a mi oído.

—¿Puedes...? ¿puedes hablar más despacio por favor? — digo rodando en la cama cubriéndome con una almohada.

—¿Cómo esta esa resaca? — siento el colchón hundirse junto a mí de manera exagerada, como si en lugar de sentarse, se hubiera lanzado desde 5 metros — Ya levántate, tienes que ir a la universidad, te he traído el desayuno.

Un aroma delicioso llega a mi nariz, pero tengo el estómago tan revuelto que me entran ganas de vomitar.

Controlo las náuseas y me siento en la cama, Axel esta recostado a los pies de la cama con una gran sonrisa y tan fresco como si hubiese dormido 10 horas. Y tan atractivo como siempre.

Me visualizo a mí misma, con resaca, el pelo desordenado, seguramente tengo el maquillaje de anoche corrido, debo apestar a alcohol.

Un desastre como siempre.

—Lo siento mucho — digo sin poder evitarlo — siento el número que armé ayer en el pub, en el ascensor y aquí....

—Veo que recuerdas todo — se burla — no te preocupes, la verdad es que fue agradable conocer otra versión de ti cuando estás borracha, creo que nunca lo había visto.

—Hace mucho tiempo no bebía tanto — comento tomando el vaso de jugo de naranja que dejó en mi mesita de noche.

—La verdad, es que no bebiste tanto — dice él.

—Aguanto muy poco el alcohol, no suelo beber mucho.

—Fuiste el alma de la fiesta — dice después de beber de una taza de café que lleva en la mano — ni siquiera notaste todos los ojos que tenías sobre ti.

—La verdad es que no — reconozco — solo quería pasarlo bien, y al parecer lo he conseguido.

—Bueno, la próxima vez que quieras quitarte la ropa frente a mí no voy a detenerte, te perdonaré solo esta vez.

Los recuerdos llegan a mi mente me quedo congelada con la taza de café a medio camino y abro mucho los ojos.

Con mi mano libre me paso la mano por el rostro avergonzada.

—Lo siento mucho en serio... no era mi intención.

—Y dijiste que yo era realmente guapo — dice con su sonrisa coqueta.

—Ya basta, no me hagas sentir más avergonzada — le lanzo un cojín despacio.

Él se ríe a carcajadas y mira la hora en su reloj.

—Será mejor que te levantes pronto, iré a visitar a mi madre, si quieres te paso a dejar a la Universidad.

—¿Estás loco? No pienso ir a la universidad con esta resaca.

—Nada de eso, levántate y vístete. No es una sugerencia.

—No me des órdenes.

—No seré responsable de que repruebes tu último año.

Se levanta de la cama y sale de mi habitación cerrando la puerta.

Yo vuelvo a recostarme y taparme con las mantas hasta la cabeza.

—Si no estás lista en 20 minutos, te desnudaré yo mismo y te meteré a la ducha — grita desde afuera.

Gruño en respuesta mientras una risa me llega al otro lado de la puerta. Me quito el cobertor a regañadientes mientras me pongo de pie, miro el desayuno que me ha traído. Además de lo típico, me deja 2 analgésicos para el dolor de cabeza, me los tomo con el jugo de naranja que me queda.

21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]Where stories live. Discover now