La heredera de Voldemort .

Segunda Prueba.

El día de la segunda llegó, era el momento de poner a prueba todo lo que había practicado, todo por lo que me había esforzado, tenía que demostrar que no era una más del montón, que podía ser mejor que cualquier otra chica, le doliera a quien le doliera, yo iba a brillar.
Abrí mía ojos y no vi a Draco, su cama estaba intacta, como si el no hubiera dormido ahí.
Tal vez se había ido con las francesas o se había quedado con sus amigos, a decir verdad no le tome mucha  importancia, me levanté fui al baño, me bañe y me puse mi traje de baño a bajo de mi ropa, era un traje de baño completo pues no podía usar uno de dos  piezas, pero aún así tuve la libertad de escogerlo.
Salí del baño y me hice una trenza en el cabello, la amarre y salí de la habitación, encontrando a Blaise, quien me miraba con una sonrisa.
-¿Lista?- pregunto el, yo asentí con la cabeza.
-¿Has visto a  Draco?- pregunté, quería verlo antes de la segunda prueba.
-No- dijo un poco  preocupado-¿no llegó a dormir?- negué con la cabeza y salimos caminado al Gran  Comedor.
Entre al Gran Comedor y voltee a ver el lugar donde Draco se sentaba pero no estaba ahí, lo busqué entre sus amigos y tampoco lo pude encontrar, me  rendí al no encontrarlo por ningún  lado, así que me dispuse a comer un pan  tostado con mermelada y salí a donde McGonagall nos llamaba.
-¿Traje de baño?- pregunto y yo levanté un poco me blusa, dejando que se viera mi traje de baño, McGonagall asintió dejándome pasar, estaba nerviosa muy nerviosa, tenía mucho miedo, quería brillar y no quería que nada me detuviera pero era normal tener tanto miedo, era miedo al fracaso, el peor de los  miedos.
-____- escuche la voz de Harry- ¿podemos hablar?
-Si- dije algo confundida- Vamos a  sentarnos.
Harry me extendió el puño y yo puse mi mano para que callera lo que Harry traía en la mano.
-Usalo sólo si lo necesitas- dijo y después se fue, mire mi mano y vi un poco de branquialgas, este chico es muy bueno.
No  creí utilizarlo pues había practicado mucho, pero lo guardaría de todas formas.
La hora de la segunda prueba llegó, me quite la ropa quedando en traje de baño, podía sentir como mi cuerpo temblaba, todos estaban  mirando, no podía fallar, saque mi varita y la apreté para tratar de calmar mis  miedos, pero el gran ruido que anunciaba el comienzo de la prueba hizo que el miedo  regresará.
Salte al agua y trate de convertirme en pez, justo como lo había practicado pero sólo la mitad de mi cuerpo se transformo dándome una gran cola de pez.
Mi primer error, el peor error.
Aunque las cosas siempre fallan, no podía permitir que ese error me opacara, no podía permitir que me ganarán, aún podía brillar y lo  haría, comencé a nadar con la varita en mi mano, pues es el lago negro y podía encontrarme con una infinidad de criaturas.
Después de nadar media hora por fin encontré lo que tenía que recuperar, Draco...
Sus cabellos platinado se movían al compás del agua, sus ojos estaban cerrados, su rostro estaba tranquilo, se veía muy tranquilo.
Una sonrisa se asomó por mi rostro.
Libere su tobillo y lo tome de la mano haciendo que regresáramos a la orilla lo más pronto posible.