Ministerio de Magia.

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Las vacaciones terminaron y todos regresaron al castillo, hoy sería el día en el que pasaría todo, Draco había convencido a la mejor amiga de Cho Chang para que cooperara y es que Draco era un chico guapo que podía conseguir las cosas fácil y esta vez aun mas, sólo ha bastado un guiñó y la chica ha caído rendida a sus pies.
-¿Estas lista?- era la primera oración que Draco me había dirigido en todo este tiempo, Asentí con la cabeza.
Salí de la habitación y me dirigí al cuarto de Menesteres, entre y salude a todos como era costumbre, estos chicos me agradaban y me dolía traicionarlos pero ellos no lo sabrían ¿o si?
La clase a transcurrido con normalidad hasta que un ruido ha sonado en la pared, Umbridge.
-¡Va a explotar!- grito Harry para que nos cubriéramos.
-¡Bomba Máxima!- grito la vieja cara de caca y la pared se derrumbó, todos estábamos en grandes problemas y era justo lo que Voldemort quería.
Los chicos Slytherin nos agarraron a todos, joder ¡Que mal me siento!
Después de un rato de castigo, siendo custodiada por Theo Nott, mi antiguo pretendiente, salimos.
-¡Esta en el puente!- grito Nott- ¡Date prisa!- corrí como loca hasta llegar ahí y encontrar a Harry, Ron, Hermione, Ginny, Luna y Neville, esto no saldrá como fue planeado.
-¡No los dejare ir!- Grito Harry mientras yo me acercaba a ellos.
-No es tu decisión- dije colocándome a lado de Luna Lovewood, esta chica era adorablemente rara.-¡Iremos!
Todos asintieron estando de acuerdo con mis palabras de apoyó.
-¿Como nos iremos?- preguntaban, hasta que un resplandor en los ojos de Luna llegó.
-¡Thestrals!- Desde la muerte de Diggory puedo verlos y no son muy agradables para mis ojos, pero era una buena idea, todos estuvimos de acuerdo con Luna y nos apresuramos para llegar al Ministerio y salvar a Sirius lo mas rápido posible, según Harry pero solo estaba cavando su propia tumba.
No me preocupaba por hogwarts pues no volvería jamás...
Al llegar bajamos, mis piernas temblaban de miedo y mi corazón estaba a punto de salir de mi pecho.
Recuerda, ve a la sala donde están las pelotas de vidrio, ve a la sala donde están las profecías, mi mente me repetía una y otra vez.
¡No soy tonta, mente!
Corrí a la sala de pelotas, aguantando la risa por lo mal que ha sonado eso y sin que nadie me viera correr, entre y vi a Lucius Malfoy.
-Están aquí- dije con la voz agitada de tanto correr.
-Solo tenemos que esperar- dijo Lucius, me pare a su lado para esperar.
-Sirius- se escucho un grito, era de Harry.
Mis piernas comenzaron a temblar, sentía que ne desmayaba, no podía verles la cara después de esto.
Se escucharon varias pisadas, estaban corriendo, estaban buscando este estante.
Hasta que llegaron, no escuchaba nada, estaba en Shock.
-Ve- susurro Lucius, camine hasta los estantes donde ellos estaban.
-Chicos, no encuentro a Sirius- dije con la voz agitada- ¿Estas seguro de lo que viste?- Harry asintió.-¿Que es eso?- pregunté-¿Porque tiene tu nombre?- Todos me ignoraron, al parecer estaban mirando a Lucius ¡Tengo que poner mas atención!
Atrás de Lucius, vi la mascara de Bellatrix ¡Los iban a matar!
-Ahora- dijo Lucius con voz suave- ¡Dame la profecía!
Los chicos comenzaron a correr y yo me quede con Greyback.
-Estas pálida- dijo mirando mi rostro- ¿Te sientes bien?
Todo se volvió negro, me había desmayado y ahora seria una carga para los mortifagos.
La luz lastimaba mis ojos y los abrí lentamente.
-¡Esta despertando!- dijo una voz, abrí mis ojos viendo a todos los chicos con algunas heridas.
-¿Que paso?- pregunté-¿Como llegamos aquí?
-Era una trampa- hablo Hermione- Nos atacaron, llegó la Orden y bueno algunos murieron.
Al ver la cara de Harry supe que había sido Sirius quien había muerto.
Na: Estoy muy feliz.
¡Llegamos a 40.1K! Sinceramente no creí pasar de 100, pero todo es gracias a ustedes y aunque pause la novela un tiempo algunas no me abandonaron ¡Ez Ermozo!
Las amo.
Ale dice Bai

La heredera de Voldemort .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora