-Capítulo 7-

842 109 17
                                    





—Tengo qué decirle algo.

—¿Qué sucede?

Malia observó al maestro, en silencio, debatiéndose si debía decir el secreto de su amigo o no.

—Sinan. Él está muy mal—confesó—. Está viviendo en la escuela, en la bodega está fuera de servicio. Intente ayudarlo, y con el dinero que tenia compre algunas cosas para él, pero no puede seguir viviendo en esas condiciones. Tiene que ayudarlo.

Kemal asintió, comprendiendo la situación.

—No te preocupes, Malia, encontraré una solución.

Poco tiempo después Sinan le aviso a su amiga que el profesor Kemal le había pedido arreglar su librero, y que como era mucho trabajo durante ese tiempo se quedaría con él.

Malia no pudo de la emoción e inmediatamente ayudó a Sinan a empacar lo necesario para mudarse esa misma noche.

—El lugar es lindo—comentó Malia, sentándose junto a Sinan en el sofá, frente al televisor.

—Sí—dijo, y al ver la mirada de su amiga agregó—: Estaré bien por unos días.
















Al día siguiente, Malia no podía evitar estar reluciente ante su buen ánimo, Sinan estaría en un lugar seguro y cómodo por lo menos las próximas semanas, tiempo suficiente para encontrar un lugar propio para vivir.

Pero ese buen humor se fue al demonio en cuanto a mitad de una de sus clases comenzó a escucharse el sonido del piano que había en la escuela, inevitablemente todos salieron a ver lo que sucedía.

—¿Qué pasa?—pregunto la chica a uno de los nerds.

—Elif está tocando.

A unos cuantos metros de ella vio a Osman, escuchando la música de la nueva, pero mientras más se acercaba a su novio podía sentir algo distinto, sabía que algo iba mal.

—Cielos, toca increíble—comentó un nerd sacando de su ensoñación a Osman quien miro a su alrededor sorprendido de toda la gente a su alrededor.

Malia no dijo nada, no tuvo que hacerlo para darse cuenta de que cualquiera sospecha que tuviera ante Elif y Osman era cierta.








Y eso no fue lo peor del día.







Esa noche, más tarde, todos los rebeldes se aseguraron de ir lo más pronto posible a la casa de Isik. Había peores noticias.

—¡No te me quedes mirando! ¡Vete a la mierda!—exclamó Isik a Sinan justo en el momento en que los demás llegaban.

—Isik, escucha...

—¡Sinan, no quiero verte! ¡Vete!

—¿Isik?—llamo Eda.

—Oh. Bienvenidos. Llegaron los jinetes del Apocalipsis.

—Solo vinimos a hablar sobre qué podemos hacer.

Rebeldía/ Love 101.Where stories live. Discover now