-Capítulo 4-

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Cuando el dolor se calmó Malia fue a su casa y cambió su vestido floreado que había usado para conocer a la madre de Isik por unos jeans y una camiseta. Se miro frente al espejo, sus ojos estaban rojos igual que su nariz, nada que el maquillaje no pudiera arreglar.


—¿Dónde estabas? —preguntó Kerem viendo a Malia llegar.

—Ocupada. —miró brevemente a Burcu y Kemal. —Genial, lo lograron...

—Si, me iré a divertir. Adiós.

Osman y Eda se fueron por su lado mientras que Kerem y Malia por el suyo dejando sola a Isik.

—¿Todo bien?

—Eso debería preguntártelo yo a ti por como ves a mi hermana.

—No la veo.

—Claro que si.

—Claro que no, te veo a ti. —habló mientras pagaba las cervezas y le ofrecía una a Malia. —¿Qué pasó contigo?

—Soy menor que Eda por 30 minutos, pero parece que ni siquiera soy su hermana. Mis padres viven para ella, todo es para Eda y mi hermana menor. ¿Quieres saber porqué? —suspiró. —Porque yo soy valiente, porque me rebelo, le dije a mis padres que al acabar el colegio estudiaría publicidad, ellos me miraron a los ojos y dijeron: "tranquila hija, sí quieres ser mediocre esta bien".

—¿Porqué son así contigo?

—Porque hace unos años fui yo misma y no deje que me controlaran, mis hermanas siguen las reglas de mis padres, yo las rompo. — tomó un gran trago de la cerveza y sonrió. —Vamos a bailar.

Durante un rato ambos chicos bailaron y disfrutaron de las bebidas, tal vez Kerem y Malia comenzaban a sentir cosas por personas que no les corresponderían. Dieron vueltas, bailaron con más personas hasta que vieron a los demás chicos reunidos observando algo. Se acercaron.

—¿Qué pasó, amigo?

—Kemal y Burcu están en el baño.

—¿En serio?

—Eso es asombroso chicos.

—¿Qué fue lo que hiciste?

—Me dijiste que los juntara así que los metí en el lugar con menos espacio.

—Están en el baño de hombres todo sucio. —se burló Kerem viendo levemente a Malia. —¿Estas bien?

—Si solo... —y sin previo aviso la chica vomitó. Había tomado más que él, mucho más. Le sostuvo el cabello y acarició su espalda bajo la atenta mirada de los otros cuatro.

—¿Mejor? —ella asintió.

—Ten, toma agua. —Isik extendió la botella a su amiga y está le dio un gran trago después de agradecerle a la rubia.

—No va a pasar nada entre esos dos. Vámonos de aquí. —exclamó Eda con enojo.

—Estoy de acuerdo.

Rebeldía/ Love 101.Where stories live. Discover now