-Capítulo 5-

1.9K 134 34
                                    










Es gracioso que nada fuera lo que parecía. El universo tenía su propio plan, y aún así como idiotas pensábamos que podíamos intervenir.  Ahora lo entiendo. No sabíamos nada del amor.














—¿Y si vamos por una sopa de iskembe? —preguntó Osman por quinta vez.

—Que gustos tan ratos tienes.

—Si Osman, vamos... —respondió Malia.

—Vamos a comer, tengo hambre.

—No puedo, ya es muy tarde.

—Nosotros iremos por una.

—Yo acompañaré a Isik a su casa.

Malia frunció levemente el ceño al escuchar el comentario de Sinan. Cabe decir que la sorprendió mucho.

—Dos sopas de iskembe, por favor.

El señor que los atendió sirvió dos bowl's y se los extendió a cada uno. Durante los primeros minutos ambos chicos solo comían en silencio.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —cuestionó Osman. Malia asintió. —¿Por qué la primera vez que nos juntamos en casa de Sinan dijiste que no sabías nada del amor?

—Porque es verdad, no se nada del amor, Osman. Me gusta creer que lo sé, pero la realidad es que no es así. Mírame, ¿en verdad crees que me veo como alguien que sabe algo del amor?

—¿Entonces por eso dejaste que Sinan acompañara a Isik? Porque crees no saber del amor.

—¿De qué estás hablando? —preguntó confundida.

—Malia no lo demuestras mucho, pero estás enamorada de Sinan.

—No estoy enamorada de Sinan, Osman. —suspiró con pesadez. —Lo quiero, pero no de esa manera. Además Sinan merece un buen amor y quien se lo puede dar es Isik.

—Tú también mereces un buen amor Malia.

—¿Y dónde esta? —preguntó mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse. —Porque lo eh esperado, más de lo que crees. Seguro piensas: "aún somos jóvenes, tenemos toda la vida". Pero no, solo tenemos el momento, este momento.

—Tienes razón, solo tenemos este momento.

Sin previo aviso Osman se acercó a la chica y la besó, tal vez había sido la plática, o aquella hora tan alta de la noche, incluso los residuos de todo el alcohol que aún estaba en su sistema pero ella le devolvió el beso.

Malia no lo supo esa noche, pero ese besó. Había significado más que cualquier otro sentimiento que se hubiera permitido tener. Un sentimiento que le asustaba. El amor.





























—¿Crees que funcionó? — preguntó Isik.

—Kemal se quedó toda la noche, así que se acostaron. Yo creo que lo conseguimos.

—¿Puedes no decirle así? No es bonito decirle se acostaron. —pidió la rubia. —Además tal vez sólo conversaron hasta el amanecer. Tal vez compartieron sus historias. ¿Porqué no?

Rebeldía/ Love 101.Where stories live. Discover now