KALEB ® {03}

Capítulo 4.

KALEB WALKER.

19 de Abril.

Mañana llega el día que con mucho terror todos han estado pensando. Mañana llegará mi mayoría de edad. El día en el que todos sabrán mi nombre y nada será como hasta ahora ha sido.
Papá, desde hace tres días ha estado callado, pensativo y encerrado en su habitación. Mamá, ella tampoco ha estado muy bien, de aquí para allá con Jenna y Janet, con un viejo libro en sus manos y mucha inquietud. Están preparándose, lo sé. Preparan la guerra que se formará cuando todos sepan donde encontrarme o bueno, eso se pasan diciéndome, creyendo que no tengo idea de que el colgante ya evita que lo hagan, y lo que temen es que seré el dueño absoluto de todo el poder que han estado negándome.

Aún sigo teniendo el mismo sueño. El mismo ser ante mí con aspecto demoniaco y deteriorado, raspando la pared con una piedra casi desgastada, y sujeto por grilletes. Siempre me acerco, siempre curioseo el mismo lugar hasta qué finalmente despierto sin saber quién era y porqué esta presente en mis sueños.

Nadie lo sabe, ni siquiera Alanna, porque presiento que quién lo sepa quedará aterrorizado.

— Kaleb, ha acabado la clase y sigues en las nubes. —Susurra Mark, golpeándome el codo con el suyo.

— Mark, cállate. —Le digo echando la cabeza en la mesa y cubriéndome con los brazos. — Estoy durmiendo fatal.

— Tienes unas ojeras horribles ¿Qué pasa? —Pregunta Alanna llegando de repente. Siempre cuando las clases cambian ella se acerca a la mía para hablar conmigo. — Hey.

— Estoy bien ¿Vale? —Trato de huir, pero ella lo evita agarrándome. — Alanna. En serio, solo tengo insomnio.

— ¿Seguro qué solo es insomnio? —Pregunta desconcertada. Paso la mano por mi nuca y respondo diciéndole que sí con la cabeza. — No te creo Kaleb.

Con la mirada le pido que nos marchemos fuera. Ella no duda un segundo en hacerlo y viene tras de mí. Nos sentamos en un banco y espera pacientemente a que le cuente todo lo que está sucediendo.

— Sé que no es la primera vez que duermes poco.

— Joder, sabes todo. —Ríe. — ¿Y no sabrás también lo qué me pasa?

— ¿Tu cumpleaños, quizás? —Pregunta inocentemente—. Creo que todos tienen la misma cara que tú últimamente. Mamá se la pasa con tía Yulima sin parar y papá se la pasa con tío Myke en su habitación hablando de no sé que cosas. Últimamente todos están distraídos y durmiendo poco.

— Si.

— Pero no es culpa tuya, idiota.

— Mañana todo el mundo sabrá quién soy. Todos se enterarán que han estado compartiendo clase con el demonio al que temen.

— Y has olvidado que mañana te encontrarán.

— Nunca me han encontrado por esto —Muestro el colgante— tía Jenna solamente fingió hace el hechizo que todos pensaban, pero solo evitó que pudiera tener todo el poder que en realidad debería, y mañana tendré el absoluto control de el.