Capítulo 32

4.8K 400 55
                                    

🤍

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🤍

EDA MARSHALL.

Estoy cansada. Yo no voy a permitir que alguien me vea como una duda y una posible opción solo porque tenemos un estúpido vínculo irrompible. Bien. Él no lo acepta, entonces yo tampoco tengo motivos para seguir detrás de un chico que ni siquiera sabe que quiere hacer con su vida.

Mientras corro, escucho algo detrás de mí y me detengo. No es Kaleb, lo sentiría de ser así. Me estan observando, puedo notarlo gracias a mis instintos de loba y se que no tiene buenas intenciones.
De repente, unos seres con aspecto humano pero ojos demoníacos se posicionan frente a mí obstaculizando mi camino, rodeandome y riendo por ello.
Vuelvo a mi aspecto humano, viéndome completamente desnuda pero no es un problema, no ahora que hay casi diez demonios mirándome y esperando atacar.

— ¿Sabéis a cuántos de vosotros he matado sin mi poder de bruja? —pregunto. Abro las manos mostrándoles mi poder y ellos retroceden alerta— Ahora lo tengo y estoy muy enfadada ¿Sabéis qué es peor que una loba enfadada? —sonrío— Una  híbrida con ganas de desahogarse.

Mis manos desbordan poder. La tierra comienza a temblar y los árboles se parten cayendo a mi alrededor. Hacía muchísimo tiempo que no llegaba al 90% de mi poder, exactamente diez años. La última vez destroce todo un pueblo, así como un volcán en erupción. Nunca he llegado al 100%. Mi madre me dijo que el poder del linaje de mi familia es muy peligroso. Poderoso, pero peligroso. Solo Diana consiguió su 100 y por ello fue desterrada de nuestra familia y no está enterrada con las demás. Supongo que quien llega a obtener todo su poder termina convirtiéndose en una bruja oscura e imparable.

— Dijo que sería divertido. —comenta uno de ellos.

Frunzo el ceño.

Extiendo las manos derrochando mi poder. Ellos tratan de defenderse pero no pueden hacer mucho. Luchan con fuego e incluso tratan de atacarme por detrás, pero aprendí a controlar mi caos cuando tenía diez años, y todavía no han visto absolutamente nada.

El fuego me alcanza pero no logran demasiado, solo me hacen unas heridas en el abdomen. Sujeto a dos de ellos con mi magia, alzandolos en el aire y los hago derretirse en el mismo fuego que han utilizado conmigo. Ahora quien reía y se burlaba porque sería divertido, me observa con terror, golpeado, desmembrado, esperando el momento de su muerte.

De repente, algo me hace volar por los aires y chocar con uno de los árboles rotos, que me hiere clavadose en mi hombro. De la oscuridad del bosque, sale él, el único con un poder superior a estos demonios y capaz de hacerme daño.

— Les mentí sobre ti. Les dije que sería divertido pero que te matarían fácilmente. —comenta el diablo, acercándose con una túnica. — Si les hubiera dicho quien eres, no habrían venido a su muerte.

— Estás aún más acabado que la última vez. —le digo.

— No quería matar a tu manada, pero tenía hambre. —se burla de ello. Da una patada a una de las cabezas demoníacas y mueve la cabeza. — Diana no duró tanto.

KALEB ® {03}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora