Capítulo 49.

2.6K 272 37
                                    

🤍

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


🤍

EDA MARSHALL.

He encontrado una manada bastante lejos de la cuidad. Me han aceptado e incluso me atrajeron con ayuda de dos niños, en cuanto me vieron se dieron cuenta de nuestras similitudes. Ahora solo esperan que el alfa tome su decisión, aunque yo no les pedí en ningún momento un refugio. Los niños juegan cerca de mí, me observan porque todavía no he cambiado mi forma y tienen curiosidad por saber quien se esconde detrás de la loba blanca. No siento desconfianza, son extraños y demasiado salvajes, creo que llevan aquí mucho tiempo y es su manera de sobrevivir.

— ¿Crees qué es una niña? —pregunta uno de los niños y la pequeña rubia empieza a reír.

— Claro que no. Es mayor, no es una niña. —le responde con seguridad.

— ¿Y por qué no se muestra? ¿Estará desfigurada? —añade otra chica más mayor.

Siguen observándome como un experimento, ansiosos por conocer mi aspecto, pero no estoy segura de querer estar aquí. Después de lo sucedido con mi anterior manada, no quiero involucrarme con más gente. Cuando sepan que yo maté a los demás, dejarán de verme con lástima y empezará el miedo. Todos sabemos que cuando el miedo comienza, también lo hacen las traiciones.

El alfa aparece. Para mi sorpresa es un chico bastante joven, deduzco que de mi edad o un poco más mayor. Casi siempre el alfa es el más anciano, pero es posible que este chico venciera al anterior y por ello ahora es el nuevo alfa.

Me mira en silencio, también tratando de averiguar que hay detrás de la loba blanca.

— No eres como los demás. Nuestros ojos son simples, los tuyos tienen magia. —me dice. Se arrodilla sin miedo y sonríe. — Puedes quedarte. Yo también necesité un hogar y me lo brindaron, ahora te toca a ti.

Hay una mujer detrás de él, ella sí me mira con desconfianza. Tendrá unos cuarenta y pocos, pelo negro y ojos marrones.

— Puedes entrar, volver a tu aspecto y asearte. Tienes todo lo necesario —se reincorpora. — Solo si quieres.

Decido que por hoy necesito quedarme. Estoy agotada y hambrienta. Por culpa de los demonios casi no hay animales y supongo que es porque salieron del pueblo en busca de comida.

Entro en la cabaña, bajo la mirada de la mujer que me mira como si me odiara profundamente. Me doy un largo baño. No dejo de pensar en el último encuentro con Kaleb, en lo que me dijo y en lo que sentí. Un cumulo de sentimientos golpeaban mi corazón; amor, odio, miedo y pena. Mis sentimientos lucharon entre ellos mientras decidía si quedarme o no, pero no pude vencer al resentimiento. He perdido lo único que tenía en la vida, todo desde que llegué en busca de Kaleb y ahora no puedo dejar de culparlo. Lo amo, siempre lo amaré, pero no sé si dejaré de verle como el culpable.

KALEB ® {03}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora