KALEB ® {03}

Capítulo 59.

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YULIMA TYLER.

Por supuesto que no lo odio y mentiría si dijera lo contrario para darle una lección, pero si estoy demasiado enfadada. Ha hecho cosas de las que sé que ya esta arrepintiéndose pero han sido cosas de mucha gravedad. Le pedí que no perdiera la cabeza, que siguiera por nuestro hijo, pero hizo todo lo contrario. Ya sé que no es todo culpa suya, que una bruja lo manipuló y se aprovechó de su debilidad para hacer con él todo lo que ha querido, pero sí me duele que creyera que yo le estaba pidiendo que se convirtiera en un monstruo.

— Me conoces mejor que nadie ¿Cómo has podido creer algo así? —pregunto con el ceño fruncido. —Llevamos toda una vida juntos, sabes que bajo ningún motivo querría verte convertido en un monstruo ¡Lo sabes! Me sorprendí tanto al saber que estabas enloqueciendo.

— Te conozco y lo dudé, pero mi único consuelo era escuchar esa voz porque era la única manera de tenerte conmigo. No sabes lo que ha sido para mí verte en una cama, que no abrieras los ojos, que me dijeran que nunca volverías a abrirlos y de repente te escuché, mi vida se pausó cuando creí perderte nena, no podía soportarlo. Solo me quedaba la esperanza de que esa voz fuera realmente la tuya y no quería aceptar lo contrario.

— Te pedí que lucharas por nuestro hijo. —baja la cabeza.

— Creí que había una oportunidad para recuperarte. . . No quiero vivir si tú no estás. —susurra, sus ojos se llenan de lágrimas y mira a nuestro hijo. — Lo siento.

— Papá, no te juzgo por tu decisión porque por un momento también creí en la mentira de esa bruja y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por recuperar a mamá. No importa cuanto la conozca, si no me hubiera encontrado con Eda seguiría tan ciego como estabas tú y posiblemente este pueblo estaría envuelto en llamas. —le dice, se agacha frente a él y se abrazan. — No he dudado ni por un momento en tu amor por mí.

— No quise pelear contigo, perdí el control.

— Lo sé. No he pensado ni por un segundo que era mi padre quien estaba intentando golpearme, siempre supe que la bruja había logrado tener control sobre ti.

Me pongo en pie. Estoy llena de rabia, pero no por Myke, lo estoy por esa maldita bruja que todavía no ha dado la cara. Estoy segura de que en este palacio su poder se magnifica y puede llegar a más con facilidad, por lo tanto esta entre nosotros observando cada uno de nuestros movimientos. Ha dejado a mi marido demacrado, casi consigue enloquecerlo y convertirlo en lo que tanto luché por detener. Ya es hora de que me de la cara de una vez por todas.

— Nena. —me susurra tras ponerse en pie. — La escucho y quiere hacerte daño.

— No me da miedo.—digo en voz muy alta. — ¡Solo eres una bruja!

— Ríe. Se esta burlando en este momento. —le miro, él observa su alrededor como si pudiera verla. — Se arrepiente de no haberme insistido más porque en este momento ella estaría en tu cuerpo usurpando tu identidad. —ríe. — Jamás podría ser ni un poco de lo que eres tú.