Prólogo

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―Doctor Fermosel ―dijo la secretaria por el telefonillo del despacho―, está aquí el señor Riaza para su reunión.
―Gracias Rose. Hágale pasar.
El telefonillo del despacho no volvió a sonar y el doctor Fermosel se levantó de la silla de su escritorio, cuando Kilian entró por la puesta de su despacho.
―Buenos días, Kilian.
―Buenos días, doctor Fermosel.
Kilian cerró la puerta y Víctor le señaló el sofá de visitas.
―¿Por qué me ha hecho venir, doctor? ―le preguntó mientras que se sentaba.
―Tenemos algo de lo que hablar.
―Si es sobre sus deudas de juego, no quiero saber nada.
―¿Cómo has sabido eso?
―Estuve investigando de usted antes de esta reunión. Ya que Katherine me contó un poco de su personalidad. Pero para mí no era suficiente.
Víctor tragó saliva y Kilian vio que él no tenía escapatoria a sus planes.
―Le propongo un trato, doctor Fermosel.
―¿Qué trato?
―La mano en matrimonio y la educación de su hija, por pagarle sus deudas.
―¡Qué! No pienso darle la mano de matrimonio de mi hija.
―Es una lástima que no me de la mano de su hija en matrimonio. Me hubiera gustado educarla.
―¡Lastima! Anne no se acostumbraría a la vida de Las Cumbres.
―Lo hará tarde o temprano.
Entonces Víctor recordó que tenía un antiguo acuerdo. Uno que le hundiría más la vida a Anne si no hacia algo.
El doctor Fermosel fue hasta la caja fuerte y sacó de ahí, un documento.
Cuando regresó ante Kilian, él volvió a sentarse y le dijo:
―Este es el trato ―le volvió a decir el doctor Fermosel―. Te doy la mano de mi hija en matrimonio como también su educación. Pero también quiero añadir algo más en este trato.
―¿Qué cosa, doctor Fermosel?
―Su protección.
―Cuando su hija se case conmigo digamos en un año, tendrá mi protección ya que seré su esposo.
―Gracias, Kilian.
―No hay de que.
Pero antes de que acabase aquella pequeña reunión, Víctor le entregó el documento que sacó de la caja fuerte.
―¿Qué es eso?
―Es un documento que debes de ocultar. Ahí va el futuro de Anne y de ti depende de que su pasado no la encuentre.
―¡Su pasado! Hay algo de ella que deba saber.
―No. Será ella quien te lo cuente todo cuando la tengas educada y confié en ti.
Kilian no le dijo nada.
―Recuerda destruir el documento en momentos difíciles. Si él encontrase a Anne, el querría este papel para dominarla y hacerla sentir la mujer más desdichada del mundo. Y no querría ver a mi hija siendo infeliz como lo fue cuando estuvo a su lado.

Pero Kilian no entendía a que se debía todo aquello. Pero claro que lo entendería cuando Anne Fermosel le contase todo sobre su vida.
Kilian cogió el documento que le estaba entregando Víctor y después él le dijo:
―Solo existe este documento. Guárdalo y ya sabes lo que tienes que hacer. Pero que nadie sepa que existe. Solo lo sabemos tú y yo.
Kilian le firmó después un cheque y en pocos segundos, se marchó del despacho del doctor Fermosel.
Pero fue el doctor quien comenzó a dudar después de que Kilian se marchase si había hecho bien en darle a el documento. Sobre todo, la educación y la seguridad de su hija sabiendo como era su vida en la mansión Las Cumbres. Un lugar que todo era muy diferente

Éxtasis Ocultos (Mi Amuleto #4)Where stories live. Discover now