Capítulo Cuatro

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Ellas habían despertado cuando el sol dio por la ventana. La noche anterior decidieron de descansar. Ya que se marcharon tras el desayuno del día anterior para preparar sus cosas de la boda.
Elizabeth se abrazó a ella y Katherine recordó que no tenía trabajo que atender en la facultad. Por lo que pensó en hacerle feliz.
Katherine se subió encima de Elizabeth y comenzó a rozarle poco a poco su cuerpo. Hasta que a Elizabeth se le encendió la pasión y llegaron a más. Hasta que terminaron por hacer el amor y se fundieron en un orgasmo. Un orgasmo que les sabia a gloria.

Anne salió de la habitación muy temprano porque tenía un poco de hambre.
Ella comenzó hasta la cocina y cuando entró a los pocos minutos, vio que Demir estaba cogiendo café como todas las mañanas.
Anne no le dijo nada. Pero Kilian mantuvo el silencio. El sol noto en su entrepierna, excitación.
Ella se sirvió un vaso de zumo. Fue en pocos segundos, cuando notó a Demir detrás de su espalda.
Anne se giró y noto la erección con su pierna. Por lo que intentó separarse de él y no lo logró.
―Demir para.
―¿Por qué debería hacerlo?
Él volvió a girarla, pero Anne le pegó una patada en su entrepierna.
Demir se encogió por el dolor y ella salió corriendo.
Cuando Anne llegó a la habitación, se escondió debajo de la cama.
Atemorizada, pensó en Osman y recordó que se marchó desde temprano.
Demir entró furioso en la habitación y cuando se percató que estaba debajo de la cama; la cogió por un brazo y la levantó.
―Te vas a arrepentir de lo que me has hecho.
Anne forcejeó contra él, pero Demir actuó rápidamente y le inyecto un calmante.
Cuando ella se quedó dormida, él se la dejó caer en los brazos suyos y mientras que caminaba hacia el sótano, dijo:
―Voy a darte una buena lección.
Y salió a la habitación para llevarla al sótano. Donde Demir sabía que podría castigarla.

Él llegó a la facultad, ansioso por ver a la mujer que le movía el mundo.
Él caminó hasta la facultad desde los aparcamientos y desde lejos, vio a Aysel.
Osman se acercó a ella y ambos se dieron un beso breve en los labios.
Ellos caminaron hasta la clase y hablaron de quedarse juntos toda la noche. Algo que sabían que acabarían como siempre lo hacían. Juntos envolviéndose en la pasión que sentían.
Cuando llegaron, Aysel y Osman se sentaron en sus meses. Y continuaron hablando, hasta que el profesor entró al cabo de cinco minutos.
En pocos segundos, la clase comenzó y ambos dejaron de pensar en sus planes de la noche.

―¡Estas bien! ―exclamó Kilian mientras que se sentaba junto a Katherine para tomarse una copa de vino―. Te ocurre algo hermana.
―Estoy bien ―pero la cara de ella decía lo contrario.
―¿Qué es lo que ocurre, Katherine?
―Tengo muchas preocupaciones. Entre ellas, la boda.
―¡Tienes dudas de casarte!
―No. Solo es el estrés de los preparativos.
Kilian se acercó a ella y le abrazó diciéndole:
―No te preocupes. Todo va a salir bien ese día. Aun os queda seis meses para que todo esté listo. Y yo te entregare encantado en el altar.
―Espero que a tu lado este esa niñata.
Kilian dejó de abrazarla por un momento y le dijo:
―¡Katherine!
―¡Qué! Ya sabes que no la aguanto.
―Katherine, Anne será mi esposa y deveras aceptarla. Eso si no se ha olvidado de mí.
―No lo ha hecho. De eso estoy segura.
Kilian y Katherine volvieron a abrazarse y sintieron por fin algo que hacia un poco más de tres meses que no sentían. El calor de hermanos.
Ambos hermanos dejaron de abrazarse, cuando Elizabeth les interrumpió.
Después, los tres disfrutaron de un buen vino francés.

Ella comenzó a despertar y recuperar el sentido, mientras que recordaba lo que pasó.
Anne se sentía exhausta y cuando se notó que sus manos estaban en su espalda y que estaba con un vestido de colegiala, comenzó a forcejear.
Cuando se movió un poco, notó algo en su sexó. Y al verse que tenía un arnés sobre su cuerpo, comenzó a pensar en qué diablos tenía pensado Demir hacer con ella.
Ella comenzó a mover su lengua y notó que la mordaza no era de bola gruesa. Si no, de anillo.
Anne se tocó un poco la espalda y notó que sus manos tenían puesto un armbinder. Algo que a veces le había puesto Kilian, pero que ahora le tenía miedo. Ya que no sabía que es lo que haría Demir con ella. Mas aun cuando recordó que le había dado en sus partes bajas y le hizo sentir dolor. Uno que también le hizo cabrear y que supo que se lo haría sentir a ella.
Ella sintió la puerta y comenzó a forcejear cuando vio la silueta de Demir en la puerta.
Demir se acercó a Anne y ella comenzó a forcejear para que no le tocase.
―Aun sigues siendo la mujer caprichosa que me dejó en el pasado ―le dijo él―. pero lo que no voy a permitir que te reveles contra tu único dueño.
―Tú no eres mi dueño ―dijo ella a través de aquella mordaza―. El dueño de mi corazón seguirá siendo Kilian desde que nos conocimos en la niñez.
Demir se enfureció y fue hasta el cajón. De ahí, saco una mordaza de bola.
Él cerró el cajón y volvió junto a ella.
Demir le quitó la mordaza de anillo y mientras que ella forcejeaba, le intentó poner la mordaza de bola.
Cuando se la terminó de poner, le dijo:
―Me pone mucho verte así vestida.
Anne forcejeó para intentar quitárselo de encima, pero Demir le cogió por el pelo y arrimó la cara de ella a su pelvis.
―No voy a hacerte nada de oral. Pero sí que me voy a correr en otro lado.
Demir la giró y quitó el arnés de su sexo. Y después comenzó a estimular su ano.
Ella forcejeo y Demir le dio una palmada en el trasero.
Él metió muy despacio su pene en el ano y cuando vio que estaba dentro, comenzó a moverse despacio.
Anne comenzó a gemir por el dolor y la humillación hizo que sus lágrimas comenzaron a brotar.
Demir se movió más rápido y los gemidos detrás de la mordaza hacían que él se moviera más rápido.
Él se movió más despacio cuando llegó al clímax en pocos minutos. Fue cuando notó que necesitaba escuchar más gritos de dolor.
Demir pellizco el trasero de Anne y después le arañó. Fue cuando notó los gemidos de Anne del dolor y él aumentó de nuevo sus embestidas.
Él se corrió en pocos segundos en su ano y él se desvaneció encima de ella exhausto.
Él fue recuperando el aliento, mientras que sentía como Anne sollozaba.
Demir salió del ano de Anne y le puso de nuevo la tira del arnés sobre su sexo.
―Espero que no tenga que darte otra lección ―le dijo mientras que se subía la bragueta.
Después, Demir se marchó y Anne se dio la vuelta en pocos segundos. Pero supo que aquel infierno jamás se acabaría.
En breve, ella se dejó llevar para que sus lágrimas brotaran, hasta que se quedase dormida.

Éxtasis Ocultos (Mi Amuleto #4)Where stories live. Discover now