Capítulo Trece

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―Al fin y al cabo, acabaste de hacer lo que menos querías ―le dijo Osman mientras que se sentaba al lado de Demir.
Este no le respondió nada.
La mañana se hizo demasiado rápido cuando Demir no dejó de pensar en lo que le haría a Álvaro cuando lo tuviera delante. Y jamás perdonaría el haber secuestrado a la mujer de la cual se había vuelto a enamorar tras años de querer vengarse.
―Te dije que esto pasaría si intentabas de meter a Anne en tus negocios ―le volvió a decir.
―¡Cállate Osman! Necesito pensar en cómo rescatar a Anne de las manos de mi socio español.
―Es imposible de que derrotes a Álvaro Espinoza, así como así. Recuerda que para que la DEA lo pueda atrapar es un poco imposible.
Pero Demir no le dijo nada. Solo obtuvo de él, el silencio.
―Querías vengarte de ella y lo único que has logrado en tres meses es enamorarte como un tonto de ella.
Ambos hermanos se miraron a los ojos y Demir no le dijo nada. Solo quiso estar en silencio para continuar pensando.
Osman se marchó de su lado y cuando miró hacia la puerta, observó que Katherine había entrado en el departamento de Kilian.
―¿Qué coño haces tu aquí? ―le preguntó ella.
―Nos volvemos a ver, Katherine.
―Vete antes de que...
―Resulta que Osman ―Kilian se acercó a ellos― es el hermano pequeño de Demir y también estuvo en el secuestro de Anne.
Katherine se acercó a él y sin pensarlo, le pegó una bofetada fuerte. Una que resonó en la habitación.
―Da gracias que tendrás tu castigo cuando esto acabe. Porque si no, te hubiera castigado como si fueras uno de mis sumisos, perro.
―Y me lo merezco. Pero ahora estoy aquí para salvar a Anne y al bebe que espera.
Katherine de marchó de lado de Osman y Kilian solo le advirtió para decirle que ahí no estaría bien como él se pensaba. Pero ya no podía escapar.
Cuando se separó de Osman, Kilian fue a ver qué demonios tenía Katherine en la mente. Pero cuando llegó a su habitación, está se había marchado. Solo vio a Elizabeth. Que se estaba maquillando para salir de la mansión.
Kilian regreso al departamento y mientras que caminaba, comenzó a pensar en Anne y en las ganas que tenia de besarla. Pero también de hacerla muy feliz y cumplir la promesa que le hizo a su padre. Como también que la protegería de todo lo malo que se cruzara por su vida. Una vida que sabía que en esos momentos sería muy amarga. Y cuando la rescatase, le sanaría esas heridas que Demir le había creado en esos tres meses.

Ella despertaba después de quedarse dormida toda la noche tras dejar de leer el libro.
Anne se levantó de la cama y después camino para salir de la habitación. Pues tenía un poco de hambre y quería servirse algo para desayunar.
Cuando atravesó el salón para llegar a la cocina, se sobresaltó al ver a Álvaro sentado en la mesa tomándose un café y leyendo su teléfono móvil.
―¡Joder! ―exclamó ella.
―Buenos días, señorita Fermosel.
―Me ha asustado, señor Espinoza.
―Lo siento, Anne.
Ambos hicieron una pequeña pausa:
―Siéntese. Voy a ordenarle a Fátima que le ponga el desayuno.
Anne se sentó al lado de Álvaro y este llamó a Fátima para pedirle el desayuno de ella.
Cuando la mujer se retiró para ir a buscar los alimentos, Álvaro miró a Anne y le preguntó:
―¿Sigue pensando que debía de matar a Demir por todo lo que le hizo, señorita Fermosel?
―Sí. Ya le he dicho el motivo que tengo para que lo haga. Pero si usted no lo hace, lo haré yo.
―No voy a permitir que manche sus manos de una sangre que no merece la pena que usted derrame. De eso me encargaría yo si él llegase a venir como tengo planeado.
―Y a todo esto, ¿qué tengo que ver yo en sus planes?
―Ya se lo he dicho.
―Vamos, que soy el cebo para traer hasta aquí a ese tipo.
―Así es. Por eso cuando a él lo atrape, usted podrá regresar con el padre de su hijo.
Anne pensó que aquello también podría ser una trampa, pero no le dijo nada más. Lo menos que quería era que aquel hombre que la tenía como su rehén hasta que Demir fuera a rescatarla, le hiciera algo malo y que su bebe pagara las consecuencias de sus malos actos.
―Usted es una mujer muy bella, señorita Fermosel ―le dijo él―. ¿Por qué se quedó al lado de Demir, sabiendo que Kilian estaba vivo?
―Me quedé a su lado, porque no supe que estaba vivo hasta el día en que usted me secuestro.
―Ya veo.
Álvaro se levantó de su asiento y se puso detrás de ella.
―Le prometo que no hay ninguna trampa en esto, señorita Fermosel. Solo justicia por algo que él me hizo. Y por lo que usted me ha dicho, también quiere justicia por la muerte de su padre. Así que ya somos dos.
―Pero mi vida estará en peligro cuando el venga a rescatarme.
―Le prometo que no lo estará. La pondré a salvo de los disparos si es necesario y después la dejare marchar.
―Aun no me creo nada. Ustedes los narcotraficantes al igual que negocian también mienten.
―Cierto ―le dijo―. Pero como sabes, también lo hacemos para sobrevivir a la vida que hemos escogido para vivir.
Álvaro se volvió a sentar en su silla y en breve, bebió del café. Ya que Fátima había llegado con los desayunos al salón.
En pocos minutos, Anne comenzó a comer algo para dejar de pensar en aquella conversación que había tenido con su raptor. Pero estaba cansada de seguir siendo el cebo en todo.

Ella solo esperaba que Kilian fuera a buscarla y toda aquella pesadilla se terminase por fin.
Tras marcharse sola de la mansión, Katherine llegó hasta la boutique donde iba a comprarse el vestido de novia. La dependienta era amiga suya de la infancia y sabía que con ella podía desahogarse. Una mujer casada y dos podía hijos estudiando en un instituto privado de Estambul.
Lily Winchester había nacido en Londres y hace un poco más de veinte años, ella se fue a vivir a Estambul por que su padre se mudó de trabajo. Hay estudio diseño de vestidos de bodas.
Katherine se desahogó con ella, mientras que Lily le tomaba nuevas medidas para el traje que llevaría en su boda. Aunque aún le quedaba mucho para ello.
Al terminar de cogerle medidas, Lily le sirvió un té con unas pastas y ambas continuaron hablando de todo lo que estaba pasado. Como también hablaron de Elisabeth. Donde no le faltó ningún detalle de cómo era cuando estaba a su lado.
Tras terminarse el té y algunas pastas, Katherine se marchó y fue a caminar, mientras que pensaba en todo lo que había pasado entre Osman y ella. Y se arrepentía de ello tras saber que era el hermano del secuestrador de Anne y del hombre que casi mata a su hermano de un disparo.
Ella regreso a la mansión a las seis de la tarde y cuando vio a Elizabeth, la llevó a la habitación y le hizo el amor. Así olvidaría todo lo que estaba pasando en eso momentos.
Ella se tumbó tras un paseo por la casa a solas y comenzó a leer el libro que tenía en la mano.

Anne se había relajado mientras que la lectura le llevaba a otro lugar que no era ese en el cual estaba.
La puerta de la habitación se abrió y cuando ella miró quien era, volvió a poner sus ojos en el libro.
―La cena esta lista, Anne ―dijo Álvaro.
Anne se levantó de la cama y dejo el libro hacia a un lado.
―No tengo hambre la verdad.
―Ya sabes lo que opino de que no comas.
―Estoy cansada de tantas órdenes.
Ella caminó hacia a él desafiándole y Álvaro, la cogió empujándola hacia la pared, le dijo:
―No vuelvas a decir eso. Las ordenes se las doy a quien me da la gana. Y si te las doy a ti, es para que ese niño que esperas nazca sano y fuerte.
―¡Suéltame!
Álvaro comenzó a pasar su mano entre las piernas de Anne. Pero cuando esta actuó, él agarró sus dos muñecas de hacia arriba de su cabeza y continuó tocándole hasta que llego a su sexo.
―Eres jodidamente hermosa, Anne. No me tientes a que te folle porque te enseñare como es un polvo español. Así que no lo hagas, por que puedo olvidar que eres una mujer. Y una embarazada.
Álvaro apartó sus manos y después se separó de ella.
―Vamos a cenar.
Anne caminó para poder olvidar que ese extraño le había tocado un poco.
Tras cenar en silencio media hora, ella regresó a la habitación y cerró la puerta pensando en que ese hombre podría volver para terminar lo que no terminó. Y ya tenía sus hormonas lo suficientemente revolucionadas como para poder acostarse con otra persona que no era Kilian.
Cuando tocó la cama, ella olvido el libro y se metió debajo de las sábanas. Fue cuando cerró los ojos y pensó que pronto se acabaría esa pesadilla.

Éxtasis Ocultos (Mi Amuleto #4)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin