Epílogo

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El alcohol había hecho que la pareja de amantes corriese por los pasillos del hotel con esa misma pasión que cuando estaban sobrios. Ambos habían bailado sin parar después de comenzar a beber alcohol y Anne había conseguido que Kilian se excitase más de la cuenta. Sacándole de la discoteca para poder poseerla en el hotel.
Tras dos años de matrimonio, ambos decidieron de darse una nueva luna de miel. Donde fueron a visitar todo el país italiano. Incluso algunas bellas ciudades de Italia.
Él y ella entraron en la habitación en cuestión de segundos. Ella estaba un poco mareada y Kilian estaba acostumbrado al alcohol. Pero no a ello tan solo. Si no, a llevarse a la cama a las mujeres y someterlas a su imagen. Sin embargo, eso dejo de suceder cuando la tuvo a ella de nuevo en su vida.
Kilian cerró la puerta de la habitación del hotel que reservó en Roma.
Él en breve, miró a Anne con ojos de deseo y cuando ella se volteó a verle. Eso le intimidó un poco.
―Ven aquí y después date la vuelta.
Anne no supo que es lo que haría Kilian con ella. Pero lo que, si estaba segura, estando completamente ebria, es que la poseería esa noche.
Cuando ella estuvo ante él en cuestión de segundos, se dio la vuelta y Kilian comenzó a quitarle el vestido que él mismo le había regalado. Uno de color rojo muy pegado al cuerpo que le hacía ceñir sus curvas. Unas curvas que él quería tocar antes de que a Anne volviese a dar a luz a su nuevo hijo. Uno que esperaba con mucha ilusión.
Cayendo el vestido al suelo en segundos, le dejo medio desnuda. Pero él no se conformó. Le arrebató también la ropa interior y en breve los zapatos. Entonces fue cuando la dejó completamente desnuda.
―Quédate aquí ―le ordenó él.
Pero Anne no le dijo nada.
Kilian se acercó a su pequeña maleta y cogió unos grilletes de plata que unía sus manos muy juntas. Él cerró la cremallera y volvió a Anne.
Ante ella, junto sus manos y le puso aquellos grilletes. En breve y con deseo, le dijo:
―Hoy subiremos más de nivel.
Ella no respondió.
―Respóndeme con las palabras exactas ―le dijo él de nuevo.
―Sí, señor ―respondió ella.
―Muy bien.
Kilian le dio la vuelta para que ella le mirase y cogiéndola en brazos, la llevó hasta la cama.
En breve, la puso a cuatro patas y él comenzó a quitarse la ropa a excepción del pantalón. Pues él sabía lo que quería y cuando. Anne era en esos momentos su prioridad.
―Se me ocurren un montón de cosas perversas para hacer. Borracho pienso más y mejor ―dijo él.
Kilian comenzó a pasar sus manos por la espalda de Anne. Incluso una de más veces le arañó produciéndole dolor.
Él sacó una sonrisa pícara. Eso le hizo sentir a Anne ese escalofrío que no volvió a sentir desde que lo tuvo ante él tras años sin verse. Unos largos años.
Mientras que le sujetaba la mano izquierda a ella, Kilian comenzó a meter y a sacar y meter dos dedos de su mano derecha. Tocar poco a poco el punto G de Anne le hizo excitarse. Pero no quiso meter su pene, porque quería correrse en otro lugar mejor.
Cuando ella alcanzó el clímax, solo pudo pensar en una sola cosa. El orgasmo.
Kilian se percató que Anne estaba a punto de correrse, por lo tanto, aumento rápidamente en sacar y meter sus dedos. Hasta que vio que sus dedos estaban mojados por el líquido vaginal de ella.
Anne se corrió. Pero su sexo soltó como si fuera una manguera, su líquido vaginal. Dejándola completamente exhausta por el orgasmo.
―Queda tus manos atrás. Quiero correrme en tu boca y luego lo volveré a hacer en un sitio mejor ―le dijo Kilian―. ¿Me has entendido?
―Sí, señor ―dijo soltando poco a poco el aire que podía coger.
―Buena chica.
Kilian se puso delante de ella y bajándose el resto de la ropa, pudo llegar a sentir que volvía a tener el control de todo.
Levantándole la mirada a ella en unos segundos, se preguntó por qué ella le aguantaba tanto. Incluso a las sombras que acechaba su vida. Y solo había una respuesta en su mente. Ella estaba también enamorada de él.
Él metió su pene en la boca de Anne. Y en breve comenzó a moverse lentamente para no hacerle daño a ella.
De pronto, ella le mordió y por el dolor, Kilian le dio dos palmaditas en el trasero.
―No muerdas. Solo chupa.
Pero ambos se miraron a los ojos y Kilian le aclaró:
―Como si fuera un helado que te gustase.
Ella comenzó a chupar el pene de Kilian. Y comenzó a hacerlo suavemente, que Kilian conseguido sacar un gemido.
―¡Dios!
Tras un breve silencio, Kilian sacó otro gemido y después le dijo a Anne.
―Tengo que seguir enseñándote.
Él comenzó a moverme más rápido, mientras que miraba a los ojos a Anne. Hasta que le hizo una cola de caballo con su mano. Quería ver su cara cuando él se corriera en su boca.
Kilian aumento sus embestidas con la boca de ella y pudo alcanzar el clímax. Fue cuando sintió como ella arqueaba para sacarlo de la boca.
Unos segundos después, de conseguir el clímax, Kilian se paró. Ya que había conseguido algo que consiguió muchas veces. Correrse en la boca de la mujer que amaba.
Él saco el pensé de la boca de Anne y ella escupió el semen. Pero en cuestión de unos segundos, noto un pequeño dolor en su vagina.
Kilian comenzó a embestirla. Cosa que a ella no le dio tiempo a respirar suficiente aire después de escupir el semen.
Él agarró con la mano derecha la cadera de Anne y con la izquierda agarró las manos de ella.
En breve, él comenzó a moverme más rápido, mientras que ella sentía algo raro en su estómago. Algo que no sabía muy bien que era.
Anne gimió con cada embestida. Hasta que en una de las ocasiones contrajo su sexo. Kilian solo se limitó a ir un poco más rápido para poder volver a llegar a correrse y darle a Anne un orgasmo nuevo.
Cuando ambos alcanzaron el clímax, Kilian se echó un poco hacia atrás. Hasta que fue un poco lento con sus embestidas. Pero volvió a echarse hacia adelante y mientras que continuaba embistiendo lento a Anne, él besó su espalda.
En breve, comenzó a moverse de nuevo más rápido. Tanto que olvido por unos instantes las sombras que le rodeaban y que su amada ya sabía que existían.
―Voy a correrme ―dijo ella.
―Aguanta. Quiero que te corras conmigo ―dijo él.
Anne aguantó. Pero Kilian también estuvo a punto de correrse.
―¡Lista! ―exclamó.
―Sí.
Kilian aumento sus embestidas, hasta que ambos se corrieron. Dejando un pequeño suspiro en el aire.
Cuando ellos comenzaron a tomar el aire que necesitaban, ambos notaron que se amaban.
Después él se salió del interior de ella.
En breve, le quitó los grilletes de las muñecas y en cuanto él le giró, le dio un beso en los labios. Ella tan solo le respondió con aquel beso que acababa de recibir por los labios del hombre que comenzó a amar desde que vio por primera vez su rostro.

Dos años después


El jardín estaba hermoso.
Solo se escuchaba las risas de dos niños pequeños jugando y eso le hizo sentir a ella paz y tranquilidad.
Él jugaba con sus hijos a la pelota y ella estaba relajada, mientras que veía como ellos jugaban y se divertían. Fue cuando le dio gracias al cielo y a su familia por tanta dicha y paz.
Anne sonreía, mientras que veía a Kilian, Víctor y Kerem jugar. Pero a su vez notaba como su futura hija le daba patadas.
―Calma Marie. Pronto jugaras con ellos.
Kilian se rindió de jugar al futbol. Por lo que, fue hasta Anne y en segundos, abrazo muy fuerte a su esposa.
Ambos se quedaron mirando a sus dos hijos y sonrieron al ver como jugaban.
Kilian puso su mano en el vientre de Anne.
Sin embargo, en pocos segundos, él sintió una patada y quitó enseguida la mano del vientre de su esposa, diciendo:
―La pequeña será rebelde.
―Como lo fue su madre hace mucho tiempo.
―Cierto. Pero sabre educarla como lo hice con su madre.
Ambos se besaron y después de ese beso, continuaron viendo como sus hijos jugaban.
Fue cuando ambos abrazándose, se relajaron y se llenaron de paz. Una paz que llego a sus vidas hace dos años como un amuleto con la persona adecuada.

Fin.

Éxtasis Ocultos (Mi Amuleto #4)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu