Capítulo 2

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En camino a la escuela veía un anime, trataba de la valentía (cosa que en definitiva no tengo), ya llegaría a la estación y tomaba mis cosas. Bajaba con cuidado del camión, mi miedo por caer era demasiados y más si se juntaba con mi fobia a las escaleras. Caminaba rumbo a la entrada de la escuela, la música que salía de mis audífonos le ponía un poco de ambiente a las personas que tenía a mi alrededor. Llegaba al salón de clases y empezaba a acomodar mis cosas, recordaba que hacía acá y cuál era mi propósito. Mamá no quería que estudiara música, mi verdadera pasión.

El celular vibraba y era Nora, había terminado la tira de materias el semestre pasado. Parece que venía a arreglar unos documentos y quería verme. Decidí irme a donde estaba mi amiga, la vi sentada en la banca que daba a la puerta principal de la escuela, revisaba unos documentos.

— Nora — me acerque a ella y la abrace, correspondió el gesto y nos sentamos — te extrañe.

— Yo más, me siento sola al no venir. Ahora viene lo más difícil, muchos papeles, ir y venir. No tengo tiempo de nada — se quejaba. De verdad parecía fastidioso.

— A mí me queda mucho para enfrentarme a eso — dije de broma — pero para lo que necesites cuentas conmigo.

— Gracias, pero cuenta sobre el chico de la foto. Amiga se ve súper bien — mi amiga hablaba de forma sexy, me parecía gracioso.

— Digamos, que es un modelo. Lo vi en televisión, aunque me parece conocido.

— Pueda que lo vieras antes, suelen trabajar para muchas marcas. Pero está muy guapo, tienes buen gusto.

— Si tuviera buen gusto no hubiera pasado lo que ocurrió con Alexis — recordé ese momento tan horrible.

— Tranquila — trataba de consolarme poniendo su mano en mi espalda — sé que no es fácil tener que lidiar con ese enfermo.

— Nada, se me quedo viendo como tonto — unas lágrimas salían de mis ojos.

—Amiga, todas tenemos malas experiencias. Pero estoy segura de que debes superarlo, además, contaba con qué harías algo al respecto.

— No, nadie creía mis palabras. Pensarían que soy una resentida, que solo inventa cosas.

— Nada de eso, yo viví eso contigo. Aunque de igual forma yo me siento culpable — la miré sorprendida ante sus palabras — sí, yo te debí cuidar y proteger. Soy más grande que tú y no me di cuenta del tipo que te asechaba, disculpa.

— No te tengo que perdonar, era una niña boda.

Decidí abrazar a mi amiga, nadie tenía la culpa más que yo. Confíe y paso lo peor que le puede pasar a quien se enamora y más al ser su primer amor.

— Eres de lo más inteligente — decía mi amiga dándome una sonrisa.

Los días pasaban y el día del concierto estaba más cerca. Me daba un poco de miedo y emoción conocer a Carlos, aunque en realidad no lo haría, ya que nadie lo conoce. Escribía en la biblioteca escolar, parecían melodías sin sentido, un poco de letras vacías si nada que decir. No contaba con una inspiración como tal, a pesar de que tenía dos grandes inspiraciones en la cabeza.

— Victoria — mientras escribía escuche una voz familiar, la reconocía, aunque no quería aceptar de quien se trataba.

— Alexis — levante mi cabeza y pronuncie lo más claro posible su nombre, a pesar de sentir un poco de miedo...

— Espero estés bien.

— Mucho mejor de lo que estaba mientras estabas en mi vida, si — respondí ya un poco más calmada, le di una gran sonrisa.

El Dilema de VictoriaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant