5

276 28 16
                                    


- ¿Cómo conociste a Mina?- le pregunto a Alessandra mientras froto mis manos.

- En realidad no la conozco, ella invito a Victoria a este viaje, así que por eso estoy aquí.

- ¿Eres amiga de Victoria?

- Así es, siempre estoy con ella al igual que con Meredith y Aurelia.- me sonríe de lado.

- Eso es genial.- sonrío un poco.

- ¿Y tú conoces a todos los chicos que están aquí?- se coloca mejor la manta morada que tiene.

- Sólo a algunos, como a Elena, Cassian, Leon y su novia.

- Ustedes son muy unidos, por lo que he visto.

- Así es, desde que íbamos en preparatoria siempre estábamos nosotros.

- Eso es bueno.- sonríe de lado.

- Eso creo.- noto como se encoge aún más en la manta que trae.- ¿Tienes frío?

- Sí, esta cobija no calienta nada.- suelta una pequeña risa.

- Espera un segundo.

Me levanto de mi asiento y camino hacia la casa de campaña y tomo una sudadera gruesa que tenía reservado para esta noche.

Cuando la tengo en manos camino de regreso, me siento y se le entrego.

- Póntela.- ordeno.

- No hace falta.

- Tienes demasiado frío, tus labios están morados.

- Así estoy bien. 

- Póntela.- digo de nuevo.

- No.

- Que necia eres.- ruedo los ojos de forma divertida.

- Lo siento.- baja la mirada apenada.

- No, no lo sientas. Tal vez fui yo que lo dijo en un tono fuerte.- la corrijo rápidamente.

- Está bien.- sonríe de lado.

Y sin decir ni una sola palabra, se quita la cobija, toma mi sudadera color amarilla y se la coloca. Le queda un poco grande, y eso hace que se vea tierna y linda.

- ¿Qué tanto me miras?

- Nada.- aparto la mirada apenado.

- Gracias, te la devolvere mañana.

- De acuerdo.- me froto las manos.

- Tú también tienes frío.

- Se me pasará.- la observo de nuevo.

- Ten.- me entrega la manta.

- No gracias.

- No seas necio.- suelta una risa baja.

- Mira quién lo dice.- me rio con ella.

- Toma.- rendido, tomo la cobija entre mis manos y la coloco al rededor de mí encontrando calor en ella.

- Gracias.

- No hay de que.

- Dime.- me aclaro la garganta.- ¿Ya sabes en que universidad estudiaras?

- En AERB.

- Wow, dicen que es buena escuela.

- Sí, conseguí una beca.

- Eso es genial.- la felicito.

- Gracias. ¿Y tú dónde estudiaras?

- En la universidad de Virginia.

- También es buena escuela.

- Sí, allí estudió mi padre, así que quiere que haga lo mismo.

- ¿Y tú quieres?- frunce ligeramente el ceño.

- Bueno, me da igual donde estudie.- me encojo en hombros restándole importancia.

- Yo no podría, a mí me importa mi futuro.

- Bueno, eso es bueno.

- Sí...

Nos quedamos callado sin saber muy bien qué decir, no me gusta hablar sobre mi futuro ni las carreras que debo de escoger, es un tema que no me agrada del todo.

- ¿Tienes hermanos?- es lo único que se me ocurre en este momento para cambiar de tema.

- Una hermana.- sonríe al recordarla.

- ¿Cómo se llama?

- Elizabeth. 

- Es un muy bonito nombre.

- Si, así es.- su sonrisa se engancha.

- ¿Cuántos años tiene?

- Diez.

- Wow, ya es toda una señorita.- bromeo un poco.

- Sí, ella dice que ya tiene edad para tener novio.- rueda los ojos de manera divertida.

- Vaya, esta desesperada por encontrar a un hombre.

- Un poco, pero papá no la deja.

- Lo comprendo.

- ¿Tú tienes hermanos?

- No, afortunadamente soy hijo único.

- ¿No te gustan los niños?

- Un poco, no soy tan fan de ellos.

- Ya veo.

- ¿A ti sí?

- Sí.- sonríe de nuevo.

He llegado a la conclusión de que su sonrisa es una de las más hermosas que he visto en toda mi vida, pero claro, ella no debe de saber que pienso eso.

Pensara que estoy loco o que estoy desesperado por encontrar una novia.

A lo que es incorrecto, hace poco que la mía me terminó.

- Serías buena madre.

- Tal vez.- suelta una carcajada pequeña.

- ¡Chicos!- nos habla Mina.- Venga, hay chocolate caliente.

- ¿Quieres un poco?- pregunto.

- Sí.

- Quédate aquí, iré por él.

Me levanto y camino hasta donde esta la novia de mi amigo, y todos los demás.

- Ya veo que ya tienes un nuevo objetivo.- dice Elena en un tono burlón.

- No es así, sólo estamos hablando.- le empujo ligeramente.

- Ajá, si.

- Es verdad, no es mi tipo. Sabes que a mi me gustan las chicas que son más extrovertidas, y ella es todo lo contrario.

- ¿Y por qué si es todo lo contrario le hablas?- frunce un poco el ceño.

- Se ve buena onda.- es lo único que respondo.

- Si claro, y yo tengo novio.- se ríe ruidosamente.

Bueno, tal vez mentí un poco en lo que dije. Realmente le hable porque me llamo la atención, su forma de moverse, se hablar y de mirarme me desconectaron del mundo por un instante.

Jamás me habían llamado la atención las chicas que son tímidas y calladas, sin embargo, ella es completamente diferente a lo que he estado acostumbrado todo este tiempo.

¿Eso es algo bueno o malo?

No lo sé, pero creo que me esta gustando cambiar un poco mis hábitos, pero solo un poco.

Una noche más a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora