14

186 19 5
                                    


El grandioso día llegó más rápido de lo esperado, afortunadamente era fin de semana, así que sería más fácil realizar mi plan junto a mis amigos.

Ya tenía todo preparado, fui a la tienda por dulces, pero aunque no sabía con exactitud qué tipo de golosinas le gustaban, agarre de todo.

Llene dos bolsas de caramelos de todo tipo, bombones, chocolates, gomitas, papas, galletas, y más cosas.

¿Qué si estaba nervioso? Más de lo que me gustaría admitir.

Pero creo que la más nerviosa y emocionada era Elena, a esa chica le urgía tener una historia de amor como las de Wattpad, ya que ella nos traía como sus soldaditos de aquí para allá, ordenando el sitio hasta que quedara "perfecto"

- Esas luces deben de quedar bien.- dice mientras camina de un lado a otro revisando las cosas.

- Están bien.- contesta Cassian.

- Están chuecas.

- Pero.- lo interrumpe.

- Olvídalo, lo haré yo.- camina hacia la escalera con la intención de subir.

Sin embargo, en cuanto pone un pie en ella, Cassian la toma por la cintura y la baja.

- Esta muy alto, mejor ve a preparar los dulces.- la mira con el ceño fruncido.

La chica se queda callada, viéndolo directamente a los ojos, hasta que finalmente habla.

- Bien.- y sin más que decir se marcha.

La verdad el patio no era tan grande, pero sí lo suficientemente espacioso para una reunión, el muro que tenía si era un poco alto.

- ¿Qué fue eso?- preguntó Leon mientras dejaba en el césped las mantas.

- ¿De qué hablas?- nos mira por encima de su hombro.

- Pues de lo que caba de pasar hace apenas unos segundos.

- Nada.- regresa a su labor de colocar bien las luces.

- ¿Seguro?- pregunto.

- Sí.- baja los escalones hasta que se posiciona frente a nosotros.

- De acuerdo. Mejor acabemos con esto antes de que regrese otra vez a ordenarnos más cosas.

Después de un rato, por fin terminamos nuestra tarea.
El sol se esta ocultando poco a poco, haciendo que el cielo se torne anaranjado con algunos tonos amarillentos.

- Muero de hambre.- dice Elena mientras entramos a casa.

- Yo también.- digo.

- ¿Qué tienes de comer Nicolás?- pregunta Cassian.

- La verdad no sé.- llegamos a la sala y nos sentamos para descansar un rato.

- Ay, hola chicos.- dice mi madre entrando al lugar en donde estamos.

- Hola señora Bernard.- dicen ellos.

- No sabía que iban a venir.- sus ojos azules se posan en los míos.

- Nicolás nos invito para ayudarlo con unas cosas.- contesta Elena.

- Genial.- sonríe de lado.

- Mamá.- me levanto con la intención de contarle mi plan, sé que aceptara porque ya tengo todo.

Siempre hago eso cuando tengo alguna reunión en casa, decirle a último momento para que así no pueda negarme el permiso, ya después tendré el regaño.

Una noche más a tu lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora