[LIBRO 2 DE LA BILOGÍA "TORMENTED" ]
Sinopsis:
La vida parece haberse normalizado, Eider y Rude han madurado. Ya no son los jóvenes que fueron alguna vez, su relación es más sólida y sus carreras han despegado. Su amor por el otro y la pasión entre...
Recomendación: leer este capítulo oyendo "Heaven" de Finneas.
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Cuando llego a la jefatura, me detengo en la recepción para preguntar si el Capitán de la policía se encuentra aquí. La asistente me sonríe cuando se da cuenta de quién soy.
—Ha regresado hace un par de minutos de un operativo, está en su oficina. Puedes pasar, le avisaré que estás aquí.
—Gracias.
Camino por los pasillos hasta ver la puerta de su oficina cerrada, y antes de levantar la mano para llamar, la puerta se abre, y él aparece con una sonrisa.
—Vaya, que agradable sorpresa, Abogada Deluxe.
Le sonrío.
—¿Tienes algunos minutos?
—Para usted, todos los de mi vida. –indica de manera formal con una sonrisa pícara.
Me muerdo el labio y sacudo la cabeza, mientras que por dentro estoy derritiéndome como una adolescente.
—Es para mi siguiente caso, y necesito entrevistar al policía que cubrió el allanamiento del comedor comunitario, en este caso, hablo de ti.
—Pues adelante, Abogada. –dice con una sonrisa de suficiencia, y abre la puerta de par en par, invitándome a entrar.
Entro y tomo asiento para comenzar a sacar mi libreta con las preguntas que voy a hacerle y mi bolígrafo. Rude toma asiento frente a mí, mientras que su escritorio nos separa y me mira fijamente, de forma seductora.
—¿En qué estado se encontraba la víctima en el momento del golpe al establecimiento?
—Estaba totalmente desorbitada, no tenía noción de lo que ocurría, estaba dopada con algún tipo de droga que se está evaluando en el laboratorio con las pruebas de sangre que le hicieron.
Lo anoto todo mientras él responde con profesionalismo la pregunta.
—¿Qué se encontró en los peritajes?
—Algunas cámaras de video habían sido desactivadas, las últimas tomas habían sido hace meses, pero luego se encontraron más, las cuales están bajo investigación.
Le sonrío mientras escribo.
—Se te da bien el profesionalismo.
—Usted lo ha pedido, Abogada.
Vuelvo a sonreírle y sigo escribiendo.
—¿Cuándo voy a poder pedir copias de las pruebas? ¿Se podrá?
—Claro, las investigaciones terminarán dentro de una semana. Todo dependerá de eso luego, quizás se encuentren pruebas suficientes para no tener que hacer demasiadas vueltas para llegar a un juicio.
