Capítulo 9

6.8K 442 96
                                    

Recomendación: leer este capítulo oyendo "Crazy In Love - Remix" de Beyoncé

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Recomendación: leer este capítulo oyendo "Crazy In Love - Remix" de Beyoncé.

     ﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏

Entre toda mi molestia, el hecho de continuar otra mañana con la cabeza dentro del retrete solo empeora más mi humor. Llevo dos noches durmiendo en la habitación vacía junto a la que comparto con Rude.

Bueno, no lo hago desde hace dos noches. Sigo enfadada, y sin hablar con él. Pude escucharlo ambas noches llamando a la puerta, pero he fingido estar dormida las dos veces. No he cruzado con él esta mañana, ya que se había ido más temprano a la jefatura.

Y ahora tampoco puedo mirar a la cara a Andrew. Más temprano cuando llegué tuve que agachar la mirada para evitarlo. ¿Será posible? ¿Qué razones tendría para hacerlo, si hubiera sido él en primer lugar?

Miro por la ventana durante unos minutos, antes de que los golpes en la puerta callen mis dudas. Lara entra y me regala una sonrisa como saludo.

—Eider, el Jefe Vincenauth quiere saber si estás desocupada para retirar los archivos que pediste acerca del caso.

Yo me quedo sin palabras al notar aquella enorme excusa que Rude ha puesto. Le devuelvo una sonrisa a Lara y niego con la cabeza.

—De hecho, infórmale al Jefe que le enviaré los archivos con un cadete del bufete.

—De acuerdo.

Sale de mi oficina y vuelvo a quedarme sola.

••••

Rude:

—¿Y por qué está tan enfadada contigo? –pregunta Remy, dando saltos en su lugar antes de preparar los puños.

Yo suelto un gran suspiro y muevo mis manos, listo para atacarlo.

—Pedí un informe de un tipo que trabaja con ella. –contesto.

Tiro un golpe y él se protege la cara con sus brazos antes de intentar golpearme.

—Vaya, demasiado desquiciado.

—No es para nada así, no es lo que parece. No confío en él y desde el incendio tengo mis sospechas. Y luego, cuando consigo el informe, me entero de que tiene un cargo penal por el incendio a un edificio en Dakota del Norte.

Lo golpeo y él gruñe antes de darme un puñetazo en la mandíbula, aunque para nada doloroso.

—Bueno, esa es otra cosa. Ya no eres tan desquiciado.

Sonrío y él esquiva mi puñetazo esta vez.

—Pero ella sigue molesta, me ha ignorado esta mañana cuando quise ir a verla a su oficina.

¿Un cadete? ¿Es en serio? Es la excusa más idiota para intentar esquivarme. Si fuera un capullo como en mis años anteriores, eso me hubiera importado un comino y hubiera ido a verla igual. Pero ahora es distinto y sé que me tiraría con un lapicero por la cabeza si entrara en su oficina sabiendo que está como la hostia de cabreada.

Tempest Where stories live. Discover now