Capítulo 4

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Cuando llego a la oficina, me encuentro con Andrew y un café en su mano, saliendo de su oficina. Lleva puesto un traje negro y un rolex color plata que resalta en su muñeca.

—Buen día, Eider.

Yo le sonrío y me detengo en la puerta de mi oficina.

—Buenos días. ¿Estarás en la reunión de hoy?

—Por supuesto.

Entro a mi oficina y él me sigue, deteniéndose sobre el marco.

—Comienzo a envidiarte, me he dado cuenta de que tienes la mejor de todas las oficinas.

Yo lo miro y me encojo de hombros.

—Quien llega primero, tiene la ventaja, ¿no crees?

Él me sonríe y luego miro a Lara cuando aparece con la agenda en sus manos. Andrew la mira y le dirige otra sonrisa antes de despedirse y salir de la oficina. Lara se queda con una sonrisa en el rostro y yo la miro con diversión.

—¿Qué?

—Vaya hombre, ¿no te parece?

—No. –respondo rápidamente.

Ella pone los ojos en blanco.

—Claro, solo porque tienes a alguien a quien mirar todos los días, no significa que se acabaron los hombres atractivos en el mundo.

Yo me giro y rodeo mie escritorio antes de tomar asiento en la silla giratoria.

—De eso se trata estar en pareja, Lara. No puedes encontrarle atractivo a nadie más. ¿Qué tienes para mí hoy? –estiro mi mano y ella me da la agenda.

Reviso mi día y suelto un suspiro aliviado al no ver tantas casillas llenas. Vuelvo a sonreírle a mi secretaría una vez que le devuelvo el pequeño libro.

—¿Podrías hacerme un hueco al mediodía? Voy a almorzar con Rude.

—Claro. Llámame por cualquier cosa, y más si consigues el número telefónico de Andrew.

Me sonríe y desaparece. Yo sigo con mi trabajo mientras investigo en internet acerca de un cargo en el siguiente caso que manejaré. Para las diez de la mañana, recojo mis cosas y camino a la sala de juntas para la reunión con los superiores.

—Pueden hacer tres preguntas, y luego de que cada postulante se retire, podremos comentar acerca de lo que nos pareció. Solo así podremos tomar una decisión. Cinco postulantes, solo una oportunidad.

Andrew es el último en llegar y toma lugar junto a mí, se disculpa por la tardanza y luego Ken le informa como trabajaremos en las entrevistas. Luego, mi secretaría, le abre las puertas al primer postulante.

—Tiene un portafolio excelente, y los comentarios de su último bufete hacia él son muy limpios. –comenta Richard cuando el tercer interno cierra la puerta al marcharse.

Todos le dan un punto positivo a eso, pero a mí hasta ahora, ninguno de ellos ha logrado convencerme al cien porciento.

—Ninguno ha mostrado alma por la profesión. Creo que se puede ser más propenso a ganar un caso cuando lo que haces lo haces con gusto. –interrumpo.

—Iba a decir lo mismo. –dice Andrew a mi lado. —Deberíamos conocer todas las opciones hasta tomar una decisión, y será muy difícil si el alma no les llega a los talones.

Le sonrío y luego Lara abre la puerta una vez más. Es entonces cuando un hombre aproximadamente de la misma edad que Andrew ingresa. Se sienta frente a nuestra mesa con un aire relajado. El traje azul marino que lleva puesto le da un aire de confianza y superioridad, él me regala una mirada de inspección y luego sigue su recorrido con la mirada hacia mis compañeros de trabajo.

Tempest Where stories live. Discover now